11. La casa de Franky (Parte 2)

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Para Franky, la noche terminó apenas en unos minutos. Le parecía injusto que cuando estaba contigo el tiempo parecía transcurrir más rápido, como si Cronos estuviera divirtiéndose al verlo sufrir.

Nuevamente tu silueta. Nuevamente la luz de la luna, aunque más tenue, resaltando cada una de tus curvas. Las sábanas habían adaptado la forma de tu cuerpo y se alzaban apaciblemente con el ritmo de tu respiración.

La luz de la luna fue reemplazada por la del sol y en un santiamén ya era de día.

Frida tocó tímidamente la puerta, lo cual fue suficiente para despertarte. En un reflejo inconsciente, te volteaste de espaldas, dirigiste toda tu fuerza a los brazos y alzando las piernas te pusiste de pie de un grácil brinco.

Aún con los ojos cerrados, fuiste caminando lentamente hacia la puerta y giraste la perilla para que Frida pase.

Frida: Buenos días, mami y papi.

Tú: Mmm...—Murmuras soñolienta.

Franky: Buenos días, preciosa.

Frida: Papi ricitos, ¿por qué tienes ojeras?

Franky: Eh...—Se incorpora lentamente hasta apoyar su espalda en la cabecera de la cama— ...no estoy acostumbrado a dormir con alguien más... Simplemente no pude pegar el ojo en toda la noche.

Tú: Mmm... entonces hoy duermo en el sofá con Frida.

Franky: ¡No! Quiero decir, no me incomoda para nada que duermas conmigo. No te vayas por favooor~

Tú: Okay, okay... —Bostezas con parsimonia— Voy a preparar el desayuno.

Frida: ¡Yo ya lo hice! ¡Vengan a comer! —Corre hacia el comedor dando saltitos.

Te terminas de desperezar e intercambias miradas con Franky. Él usaba un pijama de felpa de robots, mientras tú usabas una camiseta grande de color entero, que te llegaba hasta la mitad de los muslos.

Tú: ¿Puedes creer que Frida hizo el desayuno? Ella detesta cocinar, sólo lo hace cuando me enfermo (En realidad tienes un sistema inmunológico envidiable, lo que ocurre es que tienes heridas de batalla de gravedad y por ello te duele moverte, así que le dices a Frida que estás resfriada)

Franky: Te dije que es una excelente niña, Anya debería aprender un par de cosas de ella...

Tú: Es que NO es normal que Frida cocine, debe estar tramando algo...

Franky:Sentándose al borde de la cama— No lo sobrepienses, vamos a disfrutar lo que ha preparado. Además es una niña, ____, apenas tiene seis años. Debe estar descubriendo qué le gusta hacer... o quizás se emocionó porque estamos en mi casa, jeje.

Tú: Tienes razón, no debo preocuparme por ello. Es un lindo gesto de su parte y punto.

Franky:Camina hacia ti y te rodea la espalda con el brazo derecho— Así se habla. Ahora vamos, que el desayuno se va a enfriar.

Cuando llegan a la cocina, por poco ambos se caen de bruces debido a la mezcolanza de aceite, huevos y harina que había en el suelo. Franky resbaló con torpeza y lo sostuviste por la cintura, de tal forma que él parecía una novia a punto de ser besada en un retrato matrimonial. Se incorporó con vergüenza, sin antes volver a tropezar y terminar de caerse, llevándose en barrida tus piernas, provocando que caigas encima de él.

La cocina era un completo caos, todo estaba sucio y en desorden. Resulta que Frida había puesto a prueba los prototipos en los que ella y Franky habían trabajado el día anterior y obviamente aún no eran funcionales.

© Conociéndote [Franky Franklin y tú] || Spy X FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora