Su nombre era Carolina, era una joven de 26 años de piel clara y cabello castaño claro, copa D y un trasero regordete, tenía unos cuantos kilitos de más. Ella había faltado toda una semana al trabajo con la excusa de estar enferma y ahora debía conseguir una receta para demostrarlo
No era su primera vez fingiendo una enfermedad, antes con su madre bastaba haciéndole carita de cansancio y estornudar unas cuantas veces para no ir a la escuela, en casos extremos bastaba con calentar con agua el termómetro para que sea más creíble. Sin embargo la mujer que la esperaba dentro no era su madre, era una Doctora profesional
Esperó hasta que la última persona tuvo su turno y entró poniendo una cara de cansancio, dentro la esperaba una mujer de 41 años rubia y de ojos cafés, copa C y trasero redondo. Como habitualmente hacía recibió a su paciente con una sonrisa y la invitó a tomar asiento
–Hola, soy la Doctora Alejandra Villanueva ¿Cómo te sientes?
Carolina aclaró la voz –Hola Doctora, la verdad me duele la garganta y tuve fiebre por varios días aunque ya se me quitó
La médica asintió y la hizo sentarse en una camilla para examinarla, de un anaquel tomó un frasco y saco un palito de paleta hecho de madera
–Déjame ver tu garganta, di "A"
La joven tragó saliva y abrió la boca
–Hmm.. Es raro, tu garganta se ve muy bien, no la veo irritada ni nada por el estilo. ¿Has tenido tos o solo dolor de garganta?
–Tuve tos pero se fue con la fiebre. Creo que pudo ser un resfriado
La Doctora tomó su estetoscopio –Voy a oír respiración a ver si te quedan flemas dentro, es raro que te duela la garganta si ya te ves bien– Tras decir eso metió el estetoscopio por la parte trasera de su blusa y pegó el metal frío en su espalda –Respira profundo... También se escucha normal
Ahora puso el estetoscopio en su pecho para oír más y la respiración se sintió un poco agitada, aunque igual normal, entre otras cosas su corazón también estaba algo agitado
–Todo parece estar en orden contigo, no te escuchas enferma.. ¿Acaso me estás mintiendo?
Carolina se puso más nerviosa –N-No ¿Porqué le mentiría?
–Es lo que no sé..
Una batalla de miradas comenzó, la de la Doctora era fija y hasta autoritaria mientras que la de Carolina era incomoda y temerosa, la joven finalmente desvío la mirada y aceptó la culpa
–Bien, si le menti... E-Es solo que si no llevo una receta médica al trabajo me van a descontar toda la semana que falté
La mujer suspiró –¿Y qué estuviste haciendo esa semana si no estabas enferma?
Tal vez si la joven le daba una buena razón ella podría ceder
–Me fuí de viaje con mis amigas...
La Doctora se dió una palmada en la cara y estuvo en silencio pensando qué hacer, definitivamente no le daría la receta pero sabía que la joven tenía que aprender una lección
–Podría pagarte si quieres, te pago la consulta y te doy dinero extra por hacerme este favor...
Alejandra caminó por su consultorio y abrió la puerta hacia la sala de espera, vio que no había nadie con una emergencia real así que tenía tiempo para actuar, se quitó la cinta del cabello y la estiró viendo su resistencia. Mientras tanto Carolina estaba más nerviosa ¿Porqué la Doctora se fue hacia la salida? ¿Acaso iba a llamar a un guardia para que la saquen a patadas? ¿O estaba pensando en aceptar su oferta?, Ella esperaba que fuese lo segundo pero no fue ni una ni otra

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Cuentos de Calzón Chino
RandomAquí podrán ver un recopilatorio de distintas historias donde chicas acaban recibiendo calzones chinos y otras humillaciones, de una forma u otra. Tendremos tanto a personajes de ficción existentes como Hermione Granger como otros que yo mismo iré i...