#14 La Criatura de la Noche

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Era una noche muy hermosa en la ciudad, el aire apenas soplaba y no había una sola nube cubriendo el cielo estrellado, ni mucho menos a la gran luna llena

Los grillos estaban sonando hasta que callaron con el rugir del motor de una motocicleta de color gris, misma que se detuvo en la entrada de una zona boscosa. La pareja abordo bajó y se quitó los cascos

–No puedo esperar..– Murmuró pícaramente el joven

Él y su novia recién salieron de una fiesta repleta de gente, pero tras esa diversión ahora tenían ánimos de algo más íntimo

Ella soltó una risilla –No faltan ni 20 minutos para llegar a casa

Pese a las palabras, su tono no era de réplica

–El bosque es grande, nadie nos vería

El regreso del cantar de los grillos era buena señal, estaban completamente sólos, sin embargo caminaron unos cuantos metros más hacia dentro

–Todo es tu culpa, por tocarme así mientras conduzco– Dijo con gracia, mientras la tomó de la cintura y la apoyó en un árbol para besarla

Su novia rió –Tienes razón.. Me merezco un castigo por eso... Por ser tan traviesa

Él era de estatura media-alta, cabello castaño corto y hombros anchos, su piel estaba suavemente bronceada. Vestía unos pantalones grises y chaqueta negra, con camiseta blanca y botas negras

Ella era casi tan alta como él, su cabello sedoso y negro como el carbón lo tenía atado en un moño, su lindo busto copa C se apretujaba con el abrazo de su amado, mientras que su regordete trasero era gentilmente acariciado por este. Ella vestía una falda corta y una blusa amarilla

–Admito que es interesante hacerlo al aire libre...

Él no respondió, había bajado la mano del trasero hacia el muslo de su novia, levantándola hacia si mismo y haciendo más íntimo el abrazo. Cuando por fin rompieron el beso los dos estaban sin aliento y muy sonrientes, ella solo soltó otra risilla y lo empujó sobre el césped, Acto seguido se tumbó sobre él para unir otra vez sus labios

Ella sintió las manos de su novio intentando quitarle la blusa –Bueno bueno.. Alguien tiene prisa

–No me culpes.. ¿Cómo podría resistirme a estos?– Dijo con la vista sobre el escote de su novia

Ella se desabrochó el sujetador y lo dejó a un lado, después se levantó la blusa para cautivar la vista de su amado. Tan contentos estaban que no notaron que los grillos dejaron de cantar, eso ahora no les era importante, ni siquiera la pequeña bandada de aves que escaparon de un árbol cercano

En la oscuridad de los arboles algo o alguien los observaba, pero dejo de hacerlo muy rápido. Todo ocurrió en segundos, a la pareja contenta no les dio tiempo de sorprenderse antes de que fuera muy tarde, apenas escuchó el crujir de unas tramas ella levantó la mirada solo para ser embestida por un borrón grande y marrón, callendo con este sobre un montículo de tierra

La joven chilló del dolor, se había golpeado la cabeza con la caída y ahora estaba bocarriba con esa cosa enorme encima. ¿Qué era? Ciertamente no era un humano, tampoco un animal que conociera, eso parecía la aberrante mezcla entre una persona con varios animales que sin duda pertenecía a las páginas de algún cuento de horror. Estaba tan aterrada que lo único que hacía era respirar agitadamente

A su lado su novio miraba todo igual de asustado, la cosa que atacó a su novia era muy grande y peluda, tenía dos grandes orejas puntiagudas y un ocico ancho con dientes que sobresalían. Sus largos brazos como de simio terminaban en dedos con cinco garras muy afiladas y sus piernas largas estaban cubiertas con unos pantalones desgastados, de los cuales salía una cola peluda de la parte trasera. No había duda, tenían delante a un hombre lobo

Cuentos de Calzón ChinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora