#15 Un Premio

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Los nervios y la emoción no la dejaron dormir mucho aquella noche, pero cuando porfin logro cerrar sus ojos se encontró en un sueño hermoso. Ella se encontraba caminando por un pasillo y después entró a una habitación privada donde estaban aquellas dos chicas que pronto serían sus más cercanas amigas

En cuanto Nadia y Lizzie la vieron entrar y cerrar la puerta, dócilmente le dieron la espalda y presentaron sus traseros a su amiga. Contenta, Sofía se puso en medio de las dos y les dio una nalgada que las hizo saltar, se sentía tan contenta que incluso se animó a besar sus mejillas antes de hacer que sus traseros comieran un poco de tela

–Má-Más fuerte– Le pidió Nadia mientras que Lizzie solo se mordía los labios

–¿Quieres que lo haga más fuerte?– Le respondió ella, sin saber que también estaba hablando en la vida real

Bere la miró con la boca abierta, pero al instante se rió, ella había entrado a despertar a su hermana para que bajara a desayunar y se había topado con un espectáculo interesante

–¿Te gusta? ¿Te gusta como tiro de tus bragas?– Continuo

–Así que es un fetiche..

Sin pensarlo mucho le quitó las sábanas a su hermana y la tomó de los hombros para ponerla bocabajo

–Vamos a ver si te sigue gustando, pequeña pervertida– Se burló

Justo después de que Sofía soltó un gemido, propiciado porque en el sueño Nadia comenzaba a hacerle un oral mientras Sofía seguía tirándole las bragas, Berenice le dio un calzón chino a su hermana que nada tenía que envidiarle al que le dieron aquellas chicas en el baño

La menor de las hermanas abrió los ojos ya despierta y soltó un grito tan fuerte que hasta su madre se asustó

–Jajaja ¿Qué estabas soñando?– Preguntó soltando sus bragas

Sofía gruñó y se sacó las bragas del trasero –Me las vas a pagar

–Lo dudo mucho

Antes de que pudieran decir algo más la puerta se abrió y la madre entró pidiendo una explicación

Sofía sonrió discretamente –E-Es que Berenice me despertó con un calzón chino... Todavía me arde

La mayor sabía que no podía evitar el regaño de su madre, a ella nunca le gustó que sus hijas jugaran muy brusco, pero no se esperaba el castigo que la mujer le daría

–Vas a dejar que tú hermana te haga calzón chino

–¡¿Qué?! Pero si tampoco se lo di muy fuerte, ella solo está exagerando

Su madre no cedió –Ojo por ojo, trasero por trasero. Date la vuelta sino quieres que te de palmadas en el trasero como cuando eras pequeña

Con un último gruñido Berenice se giró y Sofía se levantó de la cama, incrédula por la suerte que estaba teniendo. Tomó la cintura elástica de los pantalones de su hermana y los bajó un poco para exponer una pequeña tanga de hilo dental, en la cual cerró ambos puños y la estiró sin piedad

Berenice chilló y pateo con dolor pero no fue liberada hasta que su madre dijo que era suficiente

–Listo, ya están a mano. Bajen a desayunar y llévense bien o yo les voy a tirar de las bragas a las dos

Sofía le sonrió a su madre y la obedeció, mientras que Berenice salió sin mirarla y planeando su venganza

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–¿Lizzie no vino contigo?

La chica regordeta negó –Todavía se siente nerviosa de hacer estás cosas contigo, no te lo tomes mal

Cuentos de Calzón ChinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora