❝Mismas caras, pero vidas diferentes, así es como podría describir a los gemelos Jeon. Que a pesar de llevar el mismo rostro y vivir junto al otro, sus vidas habían tomado rumbos diferentes en todo sentido. Mientras uno aparentaba tener la vida norm...
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❝MIEDO❞
─Vamos Brook, camina ¡Pareces una anciana que no puede manejar tacones! ─Reí leve ante su comentario.
─Te recuerdo que no soy fan de usar tacones, estoy segura que cualquier momento caeré de trasero y me humillare gracias a esos. ─Señale los bonitos tacones color negro que se ajustaban perfectamente a mis pies.
─Exagerada ─Formo un puchero y nos acercamos a la barra para sentarnos y pedir de tomar.
El ambiente inesperadamente se sentía con buenas vibras, sin miedo a que un tipo se sobrepase o que ponga algo en tu bebida. Realmente se podía sentir como las personas solo querían disfrutar del alcohol y de la música y eso me sorprendió.
Normalmente a los sitios que iba, eran así. Y no es que no escogía bien los lugares. Siempre terminaban invitándome a salir en bares de mala muerte.
Pero es algo que ya esta en el pasado, ahora tengo a una hermosa pelinegra al lado mío, que esta dispuesta a pasarla bien esta noche y yo también quiero contagiarme de ello.
( ... )
─ Te advierto que soy una buena bebedora, y no soy alguien que tiene piedad con las personas que me retan ─Sonrió socarronamente al individuo sentada al frente de ella.
─ No te preocupes, de mi boca no saldrá lo que piensas que diré. De hecho, creo que la que va pedir piedad es otra
─Eso ya lo veremos, galán. ─Ambos se miraron, y tomaron en sus manos sus bebidas alcohólicas.
─Bien, a la cuenta de tres, uno...dos... ¡Tres!
Fue lo ultimo que dijo la pelinegra al comenzar a tomar con rapidez.
Mientras tanto tu estabas meneando las caderas con un chico que conociste, el cual te invito a bailar. Pero tu felicidad duro muy poco cuando viste a tu mejor amiga salir del bar con un desconocido.
Sentiste un punzón en tu pecho cuando viste un tatuaje en su nuca. No es posible Dijiste atónita. Rápidamente saliste del lugar para que no se llevaran a tu amiga. No la dejarías sola, nunca.
Al salir, el frio golpeo tu frágil y cuerpo y sentiste un escalofrió viniendo de ti cuando giraste tu mirada hacia la derecha y te encontraste con uno de los gemelos Jeon.
Este sonreía sínicamente, mientras no te quitaba la mirada de encima.
─ Devuélveme a mi amiga ─Dijiste con los nervios a punta, pero disimulabas bien para que no se notara.
─Y ¿Por qué lo haría? ─Enarco una ceja y sonrió socarronamente ─¿Qué ganaría yo?
Al escuchar su voz solo hizo que mi corazón se acelerara.
─Voy a llamar a la policía si no la sueltas ─El castaño llevaba a Irene en brazos, ya que estaba plácidamente dormida.
─No creo que lleguen a tiempo, cuando yo me lleve a ambas hacia tu nuevo hogar, preciosa.
─Jungmin, déjame en paz. No me llevaras nuevamente ahí y vas a soltar a Irene. Supera lo nuestro, ya paso un año.
Este bajo la mirada, sonríe nuevamente de la misma manera anterior y empuja su lengua hacia su mejilla. Le había dolido lo que había escuchado.
─Es una pena que ahora piensas así, preciosa. ─Ladea su cabeza y mira hacia atrás de mí, hace un tipo de señal con su cara y volteo mi mirada hacia donde mira.
─Jungkook... ─Fue lo último que mis labios pudieron decir al sentir un pañuelo en mi nariz.
─Me alegra verte de nuevo, mon amour.
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