❝Mismas caras, pero vidas diferentes, así es como podría describir a los gemelos Jeon. Que a pesar de llevar el mismo rostro y vivir junto al otro, sus vidas habían tomado rumbos diferentes en todo sentido. Mientras uno aparentaba tener la vida norm...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❝MUERTES❞
El sonido de los puñetazos de Jungkook se oía por todo el gimnasio de boxeo, no sabía cuánto tiempo exactamente llevaba golpeando aquel saco de boxeo, pero no le importaba.
Se arrepentía de muchas cosas y se arrepentía de varias. Y ahora se encontraba canalizando sus emociones en aquel pobre saco de boxeo negro.
Su mente no dejaba de hacerse preguntas como... ¿Y si ella no despertaba? ¿Qué pasaría? ¿Por qué simplemente él no seguía con su vida? ¿Por qué no la dejaba ser feliz?
Tenía todas las herramientas para ser feliz, se mudó, conoció a un chico que la respetaría y la trataría bien. Una mejor amiga incondicional, que le haría saber sus errores y la ayudaría a enterrar un cadáver si Brook se lo pidiera.
Entonces, ¿por qué no la dejaba ser feliz? La respuesta estaba clara, pero él no aceptaba que era egoísta. No podía imaginarse a Brooklyn teniendo una vida en la que no estuviera con él.
Su cansancio le obliga a detenerse y se abraza al saco de boxeo. Siente las gotas de su pelo caer sobre su frente e intenta calmar su respiración.
Había momentos así, en los que se limitaba a cerrar los ojos y fingir que estaba solo. Y en esos pequeños momentos pensaba que debía alejarse de todo, dejar que Brook fuera feliz y que no volviera a aparecer en su vida.
Pero, había un impedimento mayor y ese era Jungmin. Sabía que, si se alejaba, Jungmin haría todo lo posible para que Brooklyn no volviera a ver la luz del día.
En eso, sintió una vibración. Era su teléfono, sacándole bruscamente de su momento.
─¿Bueno? ─Responde, con la voz agitada.
─¿Es usted el caballero, Jeon Jungkook? ─Pregunta una mujer.
─Sí, soy yo.
─¡Qué alivio! Señor, le llamamos del hospital Dignity Health. La señorita Kim Haeri, se despertó, pero en cuanto lo hizo, huyó del hospital.
