Salsa Teriyaki

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Difíciles momentos para dos empleados de aquella escuela secundaria que atrincherados en la oficina del guarda de seguridad decidían que hacer.

El hombre de uniforme pensaba en un plan de escape -Claro que no podemos irnos Mike , tienes tu cambio de turno en 3 horas ¡te despedirán! Solo después de mi... yo ya no tengo edad para conseguir otro trabajo- reclamaba aquel hombre de cabellera blanca -¿Y que piensas hacer? ¿Exorcisar el lugar? Está hecho un asco, además ¿Quien va a creer que un fantasma activó los aspersores? ¡Olvídalo Amigo! Yo me largo...- llevándose un peluche de zorro pirata, media bolsa de donas y varios papeles cerró su maletín.

Antes de cruzar la puerta un golpe metalico freno al Guardia, pasaron 9 largos minutos generando un breve momento de silencio solo opacado por las respiraciones agitadas y el palpitar de sus corazones.

Casi como si lo esperaran un grito desgarrador de auxilio resonó por los pasillos dejando paralizados a los dos hombres creando un silencio abrumador.

Tiritando y con el pulso a mil por hora se acercaron poco a poco desde donde escucharon aquel alarido, acercándose con un pequeña linterna de bolsillo que se movía para todos lados volvieron de nuevo al almacén.

-¿Piensas perder tu trabajo por un gato atrapado? Es la puerta que no se abre - dijo no muy convencido a su contraparte pues el ruido de un golpeteo seguía sonando detrás de aquella puerta, respiró profundamente antes de dar el primer paso.

-No me pagan lo suficiente...- murmuró.

Con un silencio extraño y perturbador se aventuro a acercarse a aquella puerta, le envío señas al conserje para que lo siguiera, pegaron su oído a la puerta llegando a escuchar solo goteos junto al respectivo golpeteo dentro, ahora acompañado de un leve susurro indistinguible.

Coloco su mano en la manija y volviendo a respirar hondo abrió poco a poco...

Estaba todo mojado y una pequeña luz alumbraba el poco espacio que había, envolturas, cajas y muchos objetos revueltos llamaron su atención, se adentro junto a su compañero de aventuras, no veía de dónde venía ese ruido, Nick, el conserje se quedó en medio de la puerta muy asustado viendo fuera y dentro muchas veces sin saber de dónde vendria el susto ahora.

Escuchando una pequeña voz volteo sorprendido, cada uno de sus cabellos se erizaron al instante, la sangre viajo a sus pies de manera estrepitosa y no pudo evitar dejar salir un grito de pavor que asustó de sobremanera a Nick quien también dió un grito de pánico al ver a una mujer con ojos llorosos, sangre en sus manos, rostro, y lo peor, un chico tirado con una herida gigantesca en la cabeza y un enorme charco de sangre.

-NO NO NO NO ¡NOOOOO!- Gritó el ente corriendo en dirección a los dos hombres que ahora estaban apunto de sentir su corazón salir y ver su vida pasar ante sus ojos.

*Click*

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Minutos, horas, tal vez ya incluso había luz de día, no era importante ahora pues veía como el chico caminaba y caminaba por todo el lugar, estaba visiblemente molesto, miraba los rincones e inspeccionaba cada objeto que había, no podía decir nada, solo observaba callada con el rostro escondido entre sus piernas y brazos.

Al escuchar un "Clingk" de una barra de metal volteó inconscientemente, ahora estaba construyendo algo extraño, unía pedazos de metal con cinta y cuerdas -¿Vas a ayudarme?- preguntaba sin mucho tacto el peliblanco -Creí que no querías que te tocara...- dijo al reincorporarse -Quiero salir de aquí tanto como - ahora armado con una gran palanca de metal de metro y medio casera -Hiciste una separación ¿Te doy tanto asco?- se levantó triste del lugar en el que estaba -Es una palanca, al final tiene una pestaña que puede entrar en la rendija, la fuerza que ejerces aumenta mucho más por la aplicación de física simple, ahora puedo tener tu fuerza o incluso el doble- dijo al incrustarlo en la rendija de la puerta -cerebrito...- dijo mientras tomaba la palanca del otro extremo, ella empujaba y el alaba.

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