Tres

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Uwu

Era finales de noviembre y fui a dar un paseo por el centro de la ciudad. Se estaban empezando a decorar las calles y escaparates de navidad, ¿no podían esperar ni un poquito? En un principio había quedado con Guille para tomar un café, pero me dio plantón media hora antes porque decía que no se encontraba bien. Igualmente salí a tomar ese café, no hay mejor sensación que saber estar con uno mismo y a veces hacia falta recordarlo. Primero entré en una tienda de trajes a echar un vistazo, quería una chaqueta nueva para la cena de Navidad, quería cambiar la clásica negra por una morada, el cambio me apetecía desde hace tiempo.

Nada más entrar vi una que me encantó, morada oscura y parecía de mi talla.-¿Te apetece probártela?- Me preguntó alguien detrás mía, supuse que trabajaba allí. -Si.-Me volteé a responderle cuándo le vi.-Tú estas en mi clase, ¿verdad?- Se quedó un poco pillado el chico. -Si, estoy seguro que sí, ¿tú estas en historia del mundo antiguo con Don Lolo, no?- Le pregunté confiando en mis palabras.

-Pues sí, perdona que no te reconozca, somos muchos en esa clase.- Me dijo el chico nervioso.-Me llamo Borja, por cierto.- Nos estrechamos la mano mientras me presentaba.

-¿Cómo es que sabes de mí? Sin ofender, pero creo que nunca hemos hablado ni nada parecido.- Me decía Luzu mientras yo estaba dentro probándome la chaqueta. La pregunta me incomodó un poco, parecía que yo era un stalkeador y un cotilla, y realmente lo pareció desde el segundo que empecé a hablar con él. -Eso es porque...- Salí del probador para intentar evitar la pregunta. -¿Que tal me queda?-

-Te queda genial Samuel, llévatela. Te puedo hacer un descuento por ser mi nuevo amigo, ¿no?- Pagué y seguimos hablando un rato hasta que me di cuenta que era hora de cerrar. -He quedado con unos amigos de clase en una cafetería aquí al lado, ¿te animas?-

-Claro, ¿por qué no? - Le respondí animado. - Igualmente yo iba a tomar un café solo, así que me viene perfecto. - Borja cerró la tienda y cuando empezamos a andar me volvió a preguntar. - ¿Cómo es que sabes quien soy? No te escuché antes y tengo curiosidad. - Me quedé un rato en silencio pensando en que decir, algo que no sonase raro. Miré hacía arriba, el cielo estaba estrellado, ahora anochece muy pronto. - Te conozco por un amigo tuyo, es rubio. - Tras una pausa seguí. - No sé cómo se llama, pero el primer día intercambiamos un par de palabras y me cayó muy bien, aún así no he vuelto a hablar con él. - Le dije algo nervioso y tras una pausa volví a hablar. -Mejor olvida lo que te acabo de decir, ¿vale?- Estaba un poco avergonzado tras decir eso. No sabía por qué tenía yo tanto interés en ese chico y por qué se lo contaba a su posible mejor amigo. Borja le dedicó una sonrisa a mi respuesta y se paró.

-Hemos llegado, este es el café que te decía. - Dijo mientras abría la puerta. - Al fondo tienen que estar mis amigos, ¡vamos! - Era él, desde luego que era él. El chico del primer día, el que llegó tarde. Desde aquel día solo lo había vuelto a ver unas cuantas de veces y de pasada, se sentaba con sus amigos al fondo y nunca encontré ocasión para volver a hablar con él y ahora por arte magia estaba con un amigo suyo y él en un café. De verdad, seguía sin entender eso que tenía el chico, eso para llamarme tanto la atención, supongo que su forma de ser; muy tímido pero parece muy abierto y bueno con sus amigos. Parecía torpe o esa fue la primera impresión que me llevé de él.

-Hey Rubén, ya estoy aquí y traigo compañía. - Así le llamó Borja, Rubén, era la primera vez que escuchaba su nombre. Muy bonito por cierto. -Hey, tú eres el tipo que me prestó el bolígrafo, ¿no?- Me dijo muy sonrojado, ¿se ponía muy a menudo así el chico? Parecía que si. - Soy Samuel, encantado, la última vez no tuve el placer de presentarme. - Le dije sonriendo. Borja se sentó a su lado y yo en frente de él.

Mi mejor casualidad (Rubegetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora