“Por favor, deja la felicidad de mi familia, no quiero peligro, no quiero más llantos, solo déjame vivir la vida”
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
1993
Después de días de desesperación y preocupación, Rigel finalmente fue dado de alta de San Mungo. La noticia trajo un alivio inmenso a su familia, pero también una nueva etapa de cuidados y atenciones. Eva y Regulus no le quitaban la vista de encima, vigilando cada uno de sus movimientos con preocupación. Sin embargo, entendían la importancia de darle su espacio para que pudiera recuperarse a su propio ritmo.
Harry y Luna, por su parte, se turnaban para pasar las noches junto a Rigel en su habitación. Patitas, el fiel perro de la familia, también estaba siempre presente, acurrucado a los pies de la cama, brindando una compañía silenciosa pero reconfortante. Rigel no se molestaba por la constante presencia de su familia; al contrario, le reconfortaba saber que estaban allí para él, que no lo abandonarían.
Harry, quien había encontrado a Rigel en aquella situación tan desesperada, aún tenía pesadillas sobre ese momento. Cada noche, al cerrar los ojos, revivía la angustia de ver a su hermano en peligro. Por eso, dormir en la habitación de Rigel le daba una sensación de control y seguridad. Podía asegurarse de que Rigel estaba bien, de que estaba a salvo. Cada vez que Rigel se movía o murmuraba en sueños, Harry estaba allí para calmarlo, para recordarle que no estaba solo.
Luna, en cambio, mientras estaban en San Mungo pasaba la mayor parte del tiempo en casa de Andrómeda, ya que no le permitían quedarse mucho tiempo en la casa ahí. Sin embargo, cada vez que podía, se escapaba de sus padres para estar con su hermano. La incertidumbre y el miedo la consumían cuando no estaba cerca de él. No saber cómo estaba Rigel la llenaba de ansiedad, y solo se calmaba cuando Eva o Regulus le daban noticias sobre su estado. Luna sentía un profundo miedo de perder a su hermano, y cada visita a su habitación era un recordatorio de lo frágil que podía ser la vida.
Rigel, aunque débil, sentía el amor y la preocupación de su familia. Sabía que no estaba solo en su recuperación, y eso le daba fuerzas para seguir adelante. Cada gesto, cada palabra de aliento, le recordaba que tenía un apoyo incondicional. La presencia de Harry y Luna, aunque constante, no le resultaba invasiva. Al contrario, le hacía sentir querido y protegido.
Eva y Regulus, aunque estaban preocupados, confiaban en la fortaleza de su hijo. Sabían que, con el tiempo y el apoyo de su familia, Rigel se recuperaría por completo. Y mientras tanto, estarían allí, vigilando desde la distancia, listos para intervenir si era necesario, pero respetando su espacio y su proceso de sanación.
La noche avanzaba lentamente en la habitación de Rigel. La luz de la luna se filtraba a través de las cortinas, creando sombras suaves en las paredes. Luna dormía profundamente abrazada a la cadera de Rigel entre sus hermanos, con patitas acurrucado a sus pies. La respiración tranquila de Luna y el suave ronquido de patitas llenaban el silencio de la habitación.
ESTÁS LEYENDO
𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄; Regulus Black
Fanfiction✦; No hay nada que temer ahora, vámonos y seamos libres. Ven tal y como eres hacía a mi, no necesitas disculpas, debes saber que vales la pena. Tomaré tus días malos y buenos, caminaré contigo a través de la tormenta. Hago esto porque te amo.