ADOPTANDO UN NOVIO || YOONSEOK

- llegada a seúl -

Para Yoongi siempre había sido difícil adaptarse a los cambios y aún a sus 23 le resultaba complicado. Después de haber terminado su formación académica en Daegu, había decido darle un giro drástico a su vida debido a que ya no quería lo habitual de siempre. Amaba a sus padres y a sus dos mejores amigos, pero quería salir de ahí y conocer nuevos lugares, nuevas oportunidades. Estaba totalmente seguro, se iría a Seúl.

Su infancia allí había sido tranquila, Yoongi siempre había sido un niño bien portado, educado, sincero, pero sobre todo demasiado serio. Yoongi toda su vida fue y sigue siendo una persona de pocas palabras y sus únicos dos amigos lo sabían perfectamente.

Por un lado tenemos a su primer amigo, Seokjin, un hombre muy apuesto y aclamado por todos, definitivamente carga con todo el porte de ser modelo, tiene una personalidad completamente diferente a Yoongi, el es mas enérgico, bromista y sociable. La manera en la que lo conoció siempre sería rara y graciosa de contar, ya que lo había conocido por error, Seokjin lo había confundido con alguien más. Pero a medida del paso del tiempo se hicieron buenos amigos y ahí es cuando entra su segundo mejor amigo. Namjoon, a diferencia de Seokjin, Namjoon era más centrado, educado, una persona inteligente y culta, una persona que trasmite demasiada paz y que definitivamente podría motivarte a cualquier cosa.

Despues de pasar 12 años siendo amigos, Yoongi se dio cuenta de cuan valiosos eran para él, no quería alejarse de ellos, pero Namjoon le había dicho que si no seguía sus propios sueños y se seguía atando a los demás, jamás sería feliz.

Así que después de una larga y triste despedida, Yoongi abordaba el avión que lo llevaría hasta la capital, donde iniciaría una nueva vida, lejos de su familia, lejos de sus amigos, lejos de Daegu.

Los planes de Yoongi eran llegar a Seúl y descansar una semana. Sus amigos lo habían ayudado a conseguir un buen departamento cerca del centro de la ciudad y de su nuevo trabajo. Tan pronto como esa semana pasará tendría que presentarse en su trabajo.

El primer día en Seúl, Yoongi, pudo darse cuenta lo diferente que era vivir ahí. Podía escuchar el sonido de los carros todo el día, podía ver los grandes edificios que lo rodeaban y las enormes calles llenas de personas. Totalmente diferente a lo que estaba acostumbrado.

Así que comenzó a sugestionarse, ¿que haría el solo ahí?, ¿era mejor volver a Daegu?. No era bueno haciendo amigos y eso era lo que mas le mortificaba, ¿como se llevaría con sus compañeros de trabajo?, ¿lo tratarían bien?, si Namjoon no estaba ahí, ¿Quién lo iba a motivar?.

Aparto cualquier pensamiento negativo de su cabeza y decidió salir un rato a caminar, tratando de no alejarse mucho, no quería perderse, no estaba acostumbrado a una ciudad tan grande.

Apresuradamente Yoongi se adentro al edificio y subió a su departamento. Para su gusto, le hubiera gustado pasar más tiempo fuera, pero parecía que el cielo se quería caer. Se ducho, arropó bien para no pasar frío y prendió el televisor.

Unas horas despues, gotas de lluvia aún caían por la ventana, eran pasada de las 11 de la noche y Yoongi se disponía a levantarse del sofa para ir a descansar a su habitación, pero una llamada lo detuvo.

— ¿Hola?

—Yoongi, ¿como te fue?, quise llamar antes, pero no adivinas lo que le paso a Namjoon.

— Estuvo todo bien, esta lloviendo ahora — volteo hacia la ventana — parece que no dejará de llover por un buen rato, ¿Qué sucedió con Namjoon?

— Asegúrate de abrigarte bien. Bueno Namjoon tuvo un accidente.

— QUEEEE

— Tranquilo, déjame terminar, salimos andar en bicicleta y sus frenos no funcionaban, íbamos cuesta abajo y Namjoon se cayó, tiene unos cuantos rasguños y se lastimo la muñeca, pero ya esta mejor.

— Le dije que esa tonta bici vieja no le iba a dejar nada bueno.

— Sabes que el ama esa bici.

— Lo se, solo cuídalo, ¿están bien?.

— Deja de preocuparte por nosotros y disfruta de Seúl, te hablaré mañana. No te mojes.

— Adiós.

Una vez finalizo la llamada la lluvia comenzó a tomar fuerza y estruendos acompañados de rayos se hicieron presentes.

Estaba en la cocina cuando un gran estruendo se escucho y seguido de eso, la luz se fue.

Genial, lo que faltaba, pensó.

A tientas se dirigió al sofá, donde había dejado su teléfono, al prenderlo se dio cuenta que ya eran las 11:40 pm, debía ir a dormir. Seguramente la energía eléctrica no sería reparada en ese momento, perdería tiempo si esperaba a que volviera. Guiado por la luz de la linterna del teléfono, se dirigió a su cama y se arropó. Pero justo cuando estaba por perderse en el morfeo de su sueño, un par de sonidos insistentes en su puerta lo hicieron despertar.

¿Quién en su sano juicio estaría dando molestias a estas horas?, pensó.

Con las pocas energías que le quedaban se levantó y por seguridad antes de abrir la puerta preguntó quién era, a lo cual la persona de afuera respondió a nombre de Jungkook.

— Hola, soy Jungkook, soy tu vecino de a lado, mi hermano vío que esta mañana recién te mudaste. Se fue la luz y entonces el me mandó a traerte una linterna, creyó que no tendrías alguna.

— No la necesito, gracias.

— Solo tómala si, Hose.. mi hermano seguirá insistiendo hasta que la aceptes.

Yoongi, cuidadosamente abrió la puerta, topandose con un chico de tal vez unos ¿17 o 18 años?

— Tómala por favor — estiro la linterna — no hagas que me obligué a venir a tocar un par de veces más.

— Dios mío, ¿Tan molesto es tú hermano? ¿No puede venir el si tan exigente es? — preguntó.

Jungkook pareció enojarse al escuchar la pregunta.

— Oye, ni siquiera lo conoces, el no es molesto, solo se preocupa por lo demás, le diré que jamás te vuelva a ofrecer su ayuda — empujó la linterna hasta el pecho de Yoongi y se marchó.

Era su primer día y ya se había topado con lo que el creía era un par de vecinos locos.