❛❛ Elements ❜❜ 〈 The Big Four 〉

008 • La caida de Berk

— Debe estar ahí. — Rapunzel apunto a un punto del mapa que estaba en la isla donde veían sus recuerdos.

Los tres espíritus habían estado trabajando en como recuperar a la chica, al día siguiente la barrera caería y debían estar los cuatro juntos, sin importar si Mérida no era totalmente un espíritu.

Jack se encontraba algo apartado, cruzado de brazos y con un gesto de indiferencia.

— Jack...

— No, nada de Jack... Yo les dije que debíamos decirles.

— Era riesgoso. — Explico Hiccup.

— ¿Era mejor ocultarle que su reino había muerto? Debíamos decirle que era parte de una profecía.

— Jack, por favor...

— No, Sol. Yo nunca estuve de acuerdo con esto, y ahora ella está en peligro.

— No le hará nada, no puede matarla o el bosque se volverá un caos si no estamos ahí. — Hic paso ambas manos por su cabello, frustrado. — Debimos decirle...

Rapunzel abrió sus ojos, dándole un ligero empujón en su brazo.

— ¿Ahora tú? Dioses, Hic...

— Lo siento, Punz. Pero hubiera sido más fácil, mejor que Pitch.

La rubia abrió los labios asombrados.

¿Hablaban en serio? El plan había sido en un inicio por parte de Hiccup, ahora la dejaban con todo.

— Chicos, soy consciente que hubo... dificultades.

— Yo no lo llamaría una dificultad. — Murmuro Jack.

— Todos quedamos en eso, el bosque nos dijo que debíamos hacer eso.

Hiccup y Jack se vieron de reojo, el peli blanco inflo las mejillas y empezó a caminar mientras jugaba con su cayado.

— Las sombras no nos dejarán pasar. — Hiccup indico.

— Lo harán cuando Pitch esté alejado.

— Quieres decir que... ¿Debemos dejar que salga del bosque? ¿A la civilización?

La rubia asintió, girando, para ver a su espalda como la luz de luna iluminaba a los tres espíritus.

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— Hic, necesitaremos más mantas. — Valka pasaba de un lugar al otro en su aldea, dándole a su hijo un par de cobijas.

— ¿Cómo son los habitantes de Arendelle? — El joven de 12 pregunto curioso, mientras esquivaba a todos.

Hace unos días el reino de Arendelle había caído, y al ser los más cercanos a ese reino, Berk les ofreció un lugar donde podrían refugiarse.

— ¿Es verdad que tienen magia? — Los ojos del chico se iluminaron.

Valka sonrió enternecida por la reacción de su hijo, mientras alzaba un paquete en lo alto y un dragón pasaba para tomarlo entre sus patas.

— Están rodeados de magia, dicen que la princesa tiene el corazón más puro de los reinos.

— ¿Un bebe puede tener corazón puro?

— Pero claro, al igual que tú. — Valka aparto un mechón de los ojos de su hijo, quien sonrió con dulzura.

Continuaron ampliando el pueblo, querían que sus visitantes estuvieran cómodos y darles lo mejor posible. No era fácil perder un reino, a su reina.