Entre dos reinos ♡ [SPIDERBEAR/GUAPODUO]

uno

ミ☆

Había una vez, en el reino de OMG, un joven príncipe llamado Spreen. Desde muy temprana edad, Spreen había mostrado habilidades especiales y un gran sentido de valentía. Siendo conocido por su gran espíritu de libertad. Spreen estaba próximo a tomar el mando del reino, pero antes de hacerlo, decidió emprender una última exploración por el paramo, una región misteriosa y peligrosa que rodeaba el reino. A pesar de las advertencias y los peligros que allí acechaban, Spreen estaba decidido a conocer el mundo más allá de los límites de su reino.

Durante su exploración, Spreen se encontró con un ser peculiar llamado Roier. Roier era el guardián del paramo y cuidaba de todas las criaturas que habitaban allí. Era bondadoso, generoso y siempre estaba dispuesto a ayudar a los necesitados. A pesar de su aspecto extraño, Spreen sintió una conexión instantánea con Roier y ambos se hicieron amigos rápidamente.

El sol comenzaba a descender en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos y dorados. Spreen, el próximo príncipe de OMG, se aventuraba en el enigmático Páramo en busca de emociones y aventuras. Sin embargo, el viaje había sido agotador y el guerrero se encontraba herido y desorientado.

Spreen cojeaba por el terreno irregular y cubierto de vegetación exuberante, hasta que una figura misteriosa se materializó frente a él. Era Roier, un ser de aura poderosa y ojos penetrantes. Aunque Spreen estaba debilitado, percibió de inmediato la bondad y el potencial de Roier.

"¡Che, qué onda! ¿Quién eres tú? Estoy re perdido y hecho pelota, necesito una mano para volver a mi reino".

"Soy Roier, el encargado del Páramo. Pareces estar en un mal estado, mi buen. Permíteme echarte una mano".

Roier utilizó su magia para curar las heridas de Spreen y le ofreció posada en su hogar dentro del Páramo.

Spreen miró asombrado cómo las heridas comenzaban a cerrarse lentamente, mientras una sensación cálida y reconfortante se extendía por su cuerpo. "Roier, no puedo creer lo poderosa y hermosa que es tu magia", dijo Spreen, admirando las habilidades de su amigo. "Estoy agradecido por tu amabilidad y generosidad".

Roier sonrió amablemente y respondió: "Siempre he creído que el verdadero poder radica en el uso de nuestras habilidades para hacer el bien. A través de la sanación, la protección y la compasión, podemos marcar la diferencia en el mundo".

Durante días, Roier cuidó del príncipe argentino, dándole de comer y fortaleciéndolo, explorando juntos el paramo y aprendiendo de las criaturas que lo habitaban. A medida que pasaban los días, Spreen comenzó a sentir una profunda conexión con la libertad y la sabiduría que Roier reflejaba. Descubrió la importancia de la naturaleza y la necesidad de proteger a todas las criaturas, incluso aquellas que parecían peligrosas o extrañas.

"¡Vaya, Roier, eres un mago de primera! Tus poderes han dejado mi cuerpo como nuevo. ¿Cómo le haces para controlar esa magia tan piola?".

"¡Obvio, Spreen! La magia corre por mis venas gracias a mi conexión con el Páramo y todas las criaturas que viven aquí. Es un rollo que he aprendido a dominar para mantener el equilibrio en este lugar".

Spreen se detuvo por un momento y miró a Roier con una mirada pensativa. "¿Puedo decir algo Roier?". El menor asintió. "Siempre he sentido el peso de las expectativas sobre mí, debo asumir el mando del reino y seguir las tradiciones", susurró Spreen. "Pero en este lugar, con tanta libertad y belleza, deseo seguir mis propios sueños de explorador y aventurero".

Roier se acercó y puso una mano reconfortante en el hombro de Spreen. "Recuerda, Spreen, no hay un solo camino correcto en la vida. Tú eres el dueño de tu destino y tienes el poder de forjar tu propio camino, sin importar las expectativas externas", dijo Roier con convicción.