Entre dos reinos ♡ [SPIDERBEAR/GUAPODUO]

cinco

ミ☆

Cellbit llevó a Roier al místico páramo donde había crecido y sido cuidado en secreto. Desde las sombras, protegido por la magia antigua del lugar, se encargó de velar por la seguridad y el bienestar de Roier desde que era apenas un niño.

Mientras Roier crecía, Cellbit se mantenía en las sombras, observando y protegiendo con discreción. Utilizaba su habilidad para adoptar diferentes formas, asegurándose de que Roier no descubriera su verdadera identidad. En silencio, continuaba cumpliendo la promesa que había hecho a Quackity, cuidando del hijo de su amigo y asegurándose de que estuviera a salvo de cualquier amenaza.

A medida que los días se volvían semanas, y las semanas se volvían meses, la confianza y el vínculo entre Cellbit hacía Roier se fortalecía. Sin embargo, en la oscuridad de la noche, Cellbit continuaba luchando con sus propios temores y preocupaciones. Sabía que el destino de Roier estaba entrelazado con fuerzas poderosas y desconocidas, y que tarde o temprano tendrían que enfrentar desafíos que pondrían a prueba su amistad y su valentía.

A medida que Roier crecía en fuerza y habilidad, Cellbit se esforzaba por protegerlo de las amenazas que acechaban en las sombras. Las sombras que susurraban y buscaban aprovechar los poderes latentes de Roier para sus propios fines oscuros.

Aunque Cellbit mantenía su identidad en secreto, siempre estaba presente, vigilante y dispuesto a enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en el camino de Roier. Su compromiso con la seguridad y el bienestar de su protegido no conocía límites.

Cellbit, oculto entre las sombras del místico páramo, cuidaba de Roier en silencio, asegurándose de que estuviera a salvo y protegido. Aunque Roier no sabía de su existencia, Cellbit estaba siempre presente, observando maravillado la inocencia y la increíble habilidad que mostraba el joven con la magia.

Desde una distancia segura, Cellbit contemplaba con asombro cómo Roier dominaba la magia con una destreza innata. Era evidente que el poder místico fluía a través de sus venas, y aunque Roier desconocía el origen de sus dones, Cellbit sabía que debía asegurarse de que los utilizara adecuadamente.

A lo largo de los años, Cellbit se maravilló con el crecimiento y el desarrollo de Roier. A pesar de su juventud, Roier demostraba una sabiduría y una madurez sorprendentes. Su corazón puro y su deseo de hacer el bien eran evidentes en cada acto de bondad y en cada intento de restaurar la armonía del páramo.

Aunque no podía revelar su presencia, Cellbit se enorgullecía de las habilidades de Roier y de su dedicación para proteger y cuidar el lugar que ambos consideraban hogar. Desde las sombras, se aseguraba de que ningún peligro amenazara la vida de Roier, usando sus propios dones para disipar cualquier amenaza oculta.

Sin embargo, a medida que Roier se adentraba en su viaje de autodescubrimiento, Cellbit sabía que el tiempo de mantenerse oculto estaba llegando a su fin. El destino los había unido de una manera misteriosa, y pronto tendrían que enfrentar los desafíos que les esperaban juntos.

Mientras observaba a Roier desde las sombras, Cellbit se llenaba de admiración por la valentía y la bondad que emanaban de él. Estaba decidido a protegerlo y guiarlo en su camino, incluso si eso significaba revelar su verdadera identidad y enfrentar los peligros que acechaban en el horizonte.

Así, desde su lugar en la penumbra, Cellbit continuaba su discreto trabajo, velando por el bienestar de Roier y protegiéndolo de las sombras que amenazaban con perturbar su camino. Preparado para el momento adecuado, sabía que la verdad tarde o temprano saldría a la luz, y estaría allí para apoyar a Roier en su lucha contra el destino que les esperaba.

Cellbit, consciente del terrible destino que acechaba a Roier, estaba decidido a hacer todo lo posible para evitar que ese futuro oscuro se cumpliera. Investigo incansablemente, buscando respuestas en los antiguos pergaminos y libros de magia que había acumulado a lo largo de los años.