Capítulo V

4 1 0
                                    

No tenía ni la más remota idea de lo que estaba pasando. Lo único que sabía es que Gatito nos estaba cargando a Peter y a mí como si fuéramos sacos de patatas, huyendo de algo y tratando de ir a la salida.

La sangre me llegaba al cerebro y estaba muy cansada y solo sentía que iba perdiendo el conocimiento. Todo me daba vueltas y me costaba distinguir las cosas. Las últimas palabras que mi cerebro pudo percibir fueron: ¡Rápido, cogedles, que no escapen!
Justo después se abrieron las puertas a la calle, dejando que el sol impactara en mi cara.

Me desperté tumbada en una cama enorme. Sabía exactamente dónde estaba. Era la casa de Mike y Gatito y estaba en su habitación.

Al intentar levantarme me dio un mareo y me volví a tumbar, tenía un paño frío en la frente que me aliviaba el dolor de cabeza.

Cuando pude levantarme con normalidad, me dirigí al salón. Estaban todos allí: Mike, Gatito, Peter y una monstruita que tenía pinta de ser pariente de Medusa (la de la mitología cuyo cabello son serpientes). Todos me preguntaron como estaba, la verdad es que esa chica era muy maja. Se llamaba Celia y era la novia de Mike (eso explicaba muchas cosas).

Cuando miré a Peter pude notar la sensación de miedo y angustia que tenía. Era la primera vez que lo veis así. Me senté a su lado en el suelo porque no había sitio para todos en el sofá.

Las cortinas estaban echadas, pero seguía entrando el sol. Fui a asomarme para ver las vistas y lo que acabé viendo me impactó: Calles vacías, desiertas. Todas las casas con las cortinas echadas y los coches aparcados llenos de enredaderas...

En ese momento vi a un grupo de monstruos adolescentes que, supongo que volverían del instituto porque llevaban mochilas, iban muy alerta de todo lo que sucedía y cada uno tenía un objeto de niños humanos que utilizaban como arma. Lo que no sabían esos chicos era que una patrulla de los ADN les seguía por la lejanía. Quise avisarles pero si le exponía de esta forma siendo el objetivo N°1, podría causar muchos problemas así que, decidí no hacer nada y volver con Peter.

Justo me senté cuando alguien salía del baño. Era Leo. Tardé unos segundos en asimilar que estaba perfectamente bien y no me dio tiempo a reaccionar cuando sentí que me abrazaba con fuerza. Me susurraba cosas que no entendía y tras devolverle el abrazo, estuvimos conversando un rato sobre lo que nos había pasado. Mike nos interrumpió diciendo:
   —Necesitamos preparar ya la estrategia y los planes que vayamos a utilizar contra los ADN—miró a
Gatito—Suli, ¿haces los honores?

Así que su verdadero nombre era Suli, no me lo esperaba.
Enseguida apagó las luces y abrió un compartimento en el techo donde se descolgó un mando. Cuando Gatito le dio al botón de encendido, del techo empezaron a salir un montón de luces brillantes que se iban convirtiendo en hologramas poco a poco.

Era un espectáculo precioso pero, me sentía un poco incómoda porque sentía que alguien me miraba. Me puse recta para poder mirar de reojo cuando vi a Peter que me miraba fijamente y a Leo a su lado observándolo con recelo, como si supiera algo de Peter que yo no. Me gustó aquella sensación pero para disimular, volví a mirar a los hologramas cuando Leo tosió para captar la atención de todos y dijo:
   —Y bien, ¿cuál es el plan?

Monstruos: El reencuentro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora