LOS MELLIZOS DAVIES ERAN UN CAOS, desde pequeños cuando los dejaron solos por cinco minutos y Alexander ya tenía la cabeza rapada mientras que Alexia sonreía con la afeitadora eléctrica en la mano.—¡Estas pelón! —se reía a carcajada, escuchando los lloriqueos de su hermano mientras veía sus mechones de cabello castaño en el suelo.
—¡Te dije la punta! ¡La punta, Alexia! —expresó con desespero.
—¿Qué pasó? —Elizabeth de Davies; su madre, iba ingresando a la sala de juegos de sus adorados mellizos, quedando pasmada en su lugar ante tal sorpréndete escenario—. No, no otra vez —se masajea el cien, mirando a todos lados en busca de la señora que los cuidaba—. ¿Y su nana?
Alexander dejó de llorar, casi de forma automática se colocó a un lado de su melliza y ambos intercambiaron una mirada de complicidad, empujando con sus pequeños pies la mano que era visible detrás del sillón. Alexia soltó un suspiro exagerado.
—La nana debía de tomar un descanso, mami —expresó la dulce niña de seis años—. Alexander y yo agarramos esos dulces de forma larga que tienes en tu mesita de noche.
Elizabeth entreabrió los labios.—No es cierto...—tomó un poco de aire, un poco mucho en realidad—. Niños, tápense los oídos mutuamente —sus hijos cumplieron con el pedido—. ¡Christopher, tus hijos le dieron pastilla para dormir a la nana! ¡Y uno de ellos está calvo!
—¿Caldo? ¿Quien hizo caldo? —el hombre azabache, iba ingresando a la habitación con la mirada puesta en su teléfono, dejando caer el artefacto al ver a su hijo—. ¡Estás pelón! —también rió, repitiendo lo que su hija minutos antes—. Digo, muy mal, niño. Muy mal —corrigió rápidamente su acción ante la mirada seria de su esposa.
Elizabeth caminó hacia Alexander, cargándolo a pesar de que ya estaba bastante grande, limpió las lágrimas que seguían húmedas en sus mejillas y lo hizo sentar en el sofá que tenían en su sala de juegos. Christopher repitió su acción con Alexia, acariciando sus mechones rubios como los rayos del sol y sentándola en su regazo una vez estuvieron sentados.
—Hoy tendremos invitados muy importantes para mi —comenzó a informar el matriarca de la familia Davies—. Quiero que sean los más tranquilos posibles. ¿Pueden?
Ambos mellizos asintieron con sincronía, sintiendo los labios cálidos y reconfortantes de sus padres en sus pequeñas cabezas.
—Vamos, Alex. Buscaremos ropas combinadas para hoy —Alexia salta del regazo de su padre y agarra la mano de su hermano, ambos saliendo con prisa de la habitación.
Christopher se deslizó hasta quedar a un lado de su amada esposa, abrazándola por la cintura y colocando su mentón en el hombro de la mujer, ambos miraron hacia donde sus hijos se habían ido.
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𝐍𝐄𝐄𝐃 𝐓𝐎 𝐊𝐍𝐎𝐖 | 𝐜𝐮𝐥𝐩𝐚 𝐦𝐢𝐚
Fanfic𝐍𝐄𝐄𝐃 𝐓𝐎 𝐊𝐍𝐎𝐖 | ❝ ¿Ella sabe que estoy tatuado en tu corazón? Puedes intentar luchar contra eso. He dejado mi huella en ti. No hay nada que puedas hacer ❞ 𝐂𝐔𝐋𝐏𝐀, culpa de haberla dejado escapar hace dos años atrás. Culpa por dejarlo i...