33.Paseo familiar parte 6. Final

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Jean tomó un sorbito de agua... Sabía a agua.

—Jean átate los cordones de tus zapatillas—Jean dejo su botella de agua al lado y se concentró en atarse las zapatillas.

Llevo sus manos para sujetar los cordones, se concentró lo suficiente... Tanto que cuando termino con su primera zapatilla, tenía a su Ma tomando la zapatilla desatada.

—NOOO—Jean jadeó molesto, e intento apartar su pie, pero su Ma le dio una mirada molesta—Puedo solo.

—Sé que puedes solo—Su Ma lo tranquilizo—pero son las 11, y si nos queremos apurar tenemos que llegar rápido.

Jean miró molesto a su zapato, para después relajar su frente y asentir mirando hacia el frente. Su Ma parecía muy agradecido. Por qué suspiro feliz.

Ma ¿Podemos ir a buscar un oso? —Jean pregunto calmadamente, pero su Ma frunció el ceño.

—Sobre mi cadáver, niño. —Su Ma le tomo la mano, mientras Jean quería comprender lo que decía su Ma.

—Pero yo no quiero que te mueras—Jean miro a su Ma, este puso los ojos en blanco—Te voy a entrañar mucho si te vas.

—Es una forma de decir Jean—Su Ma suspiro—lo que trato decir es que no. No vamos a buscar un oso.

—¿Por qué no? —Jean volvió a preguntar—Macha y el oso, siempre juegan juntos.

—Macha y el oso es una caricatura, no son reales—Jean jadeó—... Mierda.

—¡¿Cómo no son reales?! Me dijiste que ellos no me mostrarían sus aventuras si me porto mal—Jean se sentía realmente traicionado, como cuando se enteró de que el hada de los dientes no existía.

—Está bien, espera. —Su Ma bajo hasta su altura, tomo ambas manos—entiendo que estés enojado. Pero no tenía la valentía de decirte que las caricaturas son... Ficticias. Parecías muy feliz. —. Jean miró al suelo aun enojado. —¿Me perdonas?

—... Está bien—Su Ma lo abrazo, Jean recostó su cabeza en su hombro.

Aún se sentía herido por la traición, un poco enojado. Pero el abrazo de su Ma lo hacía sentir mejor.

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—Entonces Eren dijo que yo no me podía subir al árbol—Jean le dio una zancada más larga cuando noto una piedra—Pero le dije que, si podía, y me subí.

Sus piernas parecían querer no obedecerlo, porque cuando miro hacia arriba para ver si sus padres le estaban prestando atención...

El ardor en sus manos y en sus rodillas, hizo que olfateara intentando impedir que las lágrimas salieran.

—¿Jean, cariño estás bien? ¡Ay! Levi eso me dolió—Jean levanto la vista para ver que su Ma le había dado quizás un codazo a su Perè.

—Arriba. —Su Ma dijo serio. Jean asintió, para sacudirse el polvo, sabía que tenía un puchero. Su Perè parecía querer ir hacia él. —¿Duele?

Jean miró hacia piso frunciendo el ceño. Aparte del pequeño ardor que sentía en sus manos y rodilla, no era como si eso le impidiera seguir narrando su historia.

—No... —Jean levanto la vista, mostró sus manos—¿Me das besito?

—Dijiste que no te duele—Su Ma dijo divertido. Pero se acercó para limpiar sus manos con una toallita húmeda.

El Brillo De Tus Ojos (Eruri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora