IV

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Ir a aquel café se convirtió en tu hábito, siempre llevabas un libro, leías dos o tres capítulos mientras tomabas tu café y te ibas.
Se hizo un pequeño hábito el verte todos los días, cada dos semanas cambiabas el color de tu cabello, esta semana era una combinación de morado, rosado y azul, te veías tan hermosa Caitlyn.
Me armé de valor y me senté al frente tuyo y dije «creo que ya era hora de conocernos, soy Skylur, ¿cómo te llamas?» diste un pequeño salto cuando me senté, pensaste unos segundos, viéndome directamente a los ojos y dijiste «Soy Caitlyn», sonreí con tu respuesta y te pregunté «¿quisieras ir el sábado a cenar conmigo?» inmediatamente respondiste «sí, porqué no, ¿a las 7 aquí?» asentí y me paré de la mesa, no sabía que alguien podía ponerme tan nervioso.

Caitlyn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora