0│❝ Destruction ❞

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ACADEMIA XYRUS

―No puedo creer que ustedes también estén aquí, y más tú, Lia.

La mencionada solo rodó sus ojos escarlatas mientras caminaba en medio de sus dos amigos. El trío estaba yendo al comedor de Xyrus.

―Oh, Lia. Escuche de los otros estudiantes que tu prima es la tan aclamada presidenta del consejo estudiantil, ¿es verdad eso?

―Pensé que ya lo sabías por el apellido. ―Lia le respondió a Aegon.

―Supongo que te lo pregunta porque eres diferente. ―Se metió, el joven maestro de la casa Flamesworth.―Eres rubia y de ojos rojos.

―Tampoco tienes orejas puntiagudas. ―Aegon hizo la imitación de orejas puntiagudas haciendo que los elfos lo miren mal.―Perdón.

Aegon se disculpó varias veces con las mejillas rojas, no esperaba que los elfos lo escucharan. Aunque fue descubierto por su imitación.

 Lia solo sonrió ante la vergüenza de su amigo, siempre era lo mismo.

―Parece ser que hay disturbios por allí. ―La menor del grupo miro hacia donde estaba mirando Alexander.―Tomemos otro camino.

Ambos amigos asintieron a sus palabras. No querían ser envueltos en una pelea, así que se desviaron hacia otro camino pero Lia se detuvo al sentir un peso en su espalda provocando que frunciera el ceño.

―Wow, Lia, hay una bestia de maná en tu espalda.

―¿Que?

―Sí, creo que es un bebe. ―Alexander estiró su mano para agarrarlo pero este lo arañó con molestia.―Y se nota que esta muy molesto.

La bestia bebe subió por la espalda de Lia, hasta llegar a su cabeza e inclino su rostro hacia abajo para mirar a Lia con sus ojos amarillos.

―¡Kyu! ―Lia se sorprendió ante el saludo de la bestia de mana.

Sabía que había escuchado eso antes pero no recordaba donde lo había oído. Aunque esos ojos amarillos con negro los vio antes...

―¿Silvie? ―Se atrevió a preguntar después de recordar al dragón.

―¡Gyu! ―La bestia bebe respondió al llamado haciendo que Lia la agarrara con felicidad. Había pasado un tiempo que no veía a Silvie.

―¡Como te extrañe tanto Silvie! ―Lia no dejaba de sonreír mientras ponía su mejilla con la de ella.―¡Mis días eran tan aburridos sin ti!

Alexander y Aegon miraban la muestra de gran afecto de esas dos. O bueno, todos los alumnos se le quedaban mirando a Lia como tontos.

―Lia, si sigues así, conquistarás los corazones de todos los alumnos.

Lia se detuvo al escuchar eso, sus mejillas se pusieron coloreadas al ver como los alumnos la observaban fijamente desde sus posiciones.

Rápido se puso atrás de Alexander con timidez y este solo le revolvió su cabello rizado.―No te pongas tímida, eso los atrae más, Aeryn.

―Cállate Flamesworth. ―Lia lo miro de forma asesina y él se rio.

―Por cierto, sé que se llama Silvie porque tú lo dijiste, pero qu. . .

―¡Es mi hija! ―Silvie movió su cola con emoción.―El amigo de mi prima dijo que me reconoció como su madre y por eso es mi hija.

―Eso es lo más extraño que escuche.

―Oh, ¿tienes hambre Silvie? No te preocupes, te llevaré a comer.

Lia comenzó a caminar nuevamente al oír el estomago rugir de Silvie y sus amigos las siguieron por detrás sin notar como una persona los miraba irse de allí fríamente. Me abandonas por tu madre, Silvie.

Claramente, la persona que los observaba, era el padre abandonado.

Arthur Leywin.

Causa perdida: La vida después de la muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora