La peliblanca se encontraba en su dormitorio, terminando de alistar las últimas cosas para su primer viaje fuera de casa. La selección final estaba a la vuelta de la esquina y su padre le había indicado que ella misma tenía que iniciar el viaje hasta el lugar donde se haría el evento, así que a penas el día siguiente llegó este ya había mandado a preparar la comida suficiente para su viaje junto con enviarle algunas prendas cómodas para los días siguientes.
Reyna se miró a él espejo, encontrándose a si misma con el cabello recogido en una coleta larga con un par de accesorios dorados en el cabello que combinaban tan bien con sus ojos que la hacían ver muy hermosa, también estaba usando pantalones holgados color negro junto con una camisa blanca y encima de todo un haori ámbar que llegaba tranquilamente hasta sus pies, dándole un aspecto muy fresco y elegante.
Sonrió viéndose y giró su rostro, centrándose en el bolsillo que tenía en el interior de su haori, sacando de este mismo un dispositivo de alta tecnología que poseía únicamente botones laterales los cuales uno al ser presionado por la peliblanca ocasionó que la pantalla dejara de estar en blanco para proceder a mostrar la animación de un logo durante unos segundos y finalmente encendiera. Reyna había encontrado su teléfono, y si, este se encontraba en perfectas condiciones y con una batería al 100%.
Había pasado hace tan solo un par de días, cuando llena de aburrimiento y curiosidad la oji ámbar que había estado deambulando en su habitación logró encontrar el celular muy bien escondido entre algunas de sus prendas, este encendía con normalidad y muy sorprendentemente tenía acceso a internet, aún conservaba todos los archivos de su vida pasada. Vio algunos momentos de su antigua vida plasmados en fotos que aún conservaba en su galería.
¿Lloro? Claro que sí, lloró como Magdalena durante todo un día, recordando los antiguos momentos felices de su anterior vida y las personas que tanto amaba y ya no tenía junto a ella, se auto consoló diciendo que ellos se encontraban bien donde sea que ahora se encuentren.
El día siguiente a ese se dedicó a buscar información relevante sobre el manga de Kimetsu No Yaiba, viendo tanto vídeos de datos curiosos como releyendo nuevamente el manga, buscando alguna información que podría serle de ayuda. Fue de ayuda, ahora se sentía tranquila al saber con mayor claridad los eventos futuros y la explicación de alguno de ellos.
Le pregunto a su padre sobre la tan conocida flor "lirio azul araña" la misma flor que Muzan buscaba con tanto esmero durante toda su vida, su padre le dio una información vaga sobre esta flor, informándole únicamente que tenía un contacto que podría llegar a conocer su paradero pero que realmente no sabía donde se encontraba esta persona.
Para Reyna fue peligroso llegar en solo pensar conocer el paradero de esa flor, realmente Kibutsuji se volvería alguien invencible si es que lograba su cometido y todo lo que alguna vez había leído sobre la batalla final sería completamente fantasioso.
Retomando el presente, una vez teniendo el celular entre sus manos, la peliblanca abrió la aplicación de fotos y tomo una de si misma, dejando una nota debajo de la foto que decía.
"El inicio de mi viaje"
Sonrió para si misma, bastante contenta con la foto que había sacado, se completamente en sus pensamientos hasta que un toque suave en la puerta hizo que se sobresaltara y pusiera una mano encima de la funda de su katana, la cual se mantenía aferrada a su cintura.
- Señorita, su padre dice que ya es momento que se vaya.
Soltó un suspiro de alivio, toco su pecho y la sonrisa que tenía volvió a ella.
- Azumi ven, pasa.
El sonido de la puerta deslizándose se hizo presente al mismo tiempo que una cabellera negra se asomaba por la puerta, vio a la peliblanca con una sonrisa y se acercó hasta ella, mirando con extrañeza el objeto que tenía en manos.
- ¿Qué es eso?
- Esto, mi querida Azumi, es un dispositivo mágico que solo puedo manejar yo.
La contraria abrió sus ojos como platos y alternando la mirada entre ella y el celular finalmente respondió.
- Señorita, usted... -un pequeño silencio de tensión se plantó unos segundos antes que siguiera hablando- ¿Se encuentra bien? Veo que ya está desvariando y tan temprano.
- ¡No estoy loca! -la de ojos ámbar suspiró y sin más remedio se acercó a la menor- sonríe Azumi -pasó su brazo por su hombro y cuando menos se lo esperaba, sacó una selfie de ambas-.
- ¿Qué...? ¡¿Qué es ese dispositivo?! ¿Acabo de vernos a nosotras en esa cosa?
- Como te dije Azumi, dispositivo mágico -se dispuso a guardar el celular nuevamente en su haori ámbar, el origen del objeto raro que estaba usando tal vez sería revelado más adelante-.
- ¿En serio? -el rostro se sorpresa era evidente- Bueno, no importa. Tu padre te llama.
- Qué estricta eres. Incluso después de ver algo tan raro solo te importa cumplir órdenes.
- Incluso si me da curiosidad esa cosa, no puedo hacer nada si solo usted lo puede usar -se encogió de hombros-.
"Qué conformista"
Revolvió el cabello de la pelinegra para posteriormente salir de la habitación, ya había revisado que todo se encontrara en orden así que sin esperar más se dirigió a la salida de la mansión.
- Finalmente llegas Reyna.
- Padre...
- Dime papá.
- ...El día de hoy amaneció de buen humor, padre.
Una sonrisa apareció en el rostro del mayor a la par que un gesto de resignación y una pequeña lágrima falsa que fue secada por el mismo.
- Eres muy cruel pequeña.
El patrón de la mansión miró a su hija de la cabeza a los pies y sintió una calidez recorrerle todo el cuerpo y su pecho se infló con orgullo.
- Mi pequeña ya se ve como toda una cazadora de demonios, me siento muy viejo.
Reyna rió y fue directamente a darle un abrazo de consuelo a su progenitor.
Ambos en ese preciso momento se dieron cuenta que era un abrazo muy simbólico. Para la peliblanca significaba el inicio de su nuevo propósito en esa vida, y para su padre significaba ver crecer a su pequeña y adorada hija.
Fue cuando a penas estaba saliendo el sol en aquel día cuando Reyna partió de aquel lugar que llamaba hogar. Tanto Azumi como su hermano Katashi y su padre la despidieron en la entrada, deseándole la mejor de las suertes, por supuesto con algunas lágrimas de por medio.
Aqui la apariencia de nuestra hermosa protagonista:
COMO ME ENCANTAN LAS PELIBLANCAS GRRRRRRRRRAAAAAA
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Cambiando la historia | Kimetsu no Yaiba / Demon Slayer
FanfictionLa historia de nuestra protagonista empieza cuando al morir sin querer y gracias a algún poder divino, logra reencarnar en uno de sus animes favoritos, esto la llevará a un mundo lleno de aventuras, comedia, romance, drama y sobretodo mucha preocupa...