Era uno de esos días grises en los que el cielo parecía entender lo que Minjeong sentía en lo más profundo de su ser. Se encontraba recostada en su cama, con las cortinas de su habitación entrecerradas, dejando que solo unos rayos de luz se filtraran. A su alrededor, un desorden ordenado contaba la historia de su vida reciente: libros apilados, ropa tirada, y la manta favorita de Karina, que había olvidado recoger después de una de sus tantas pijamadas. Aunque había logrado salir de la oscuridad que la había rodeado durante tanto tiempo, aún había momentos en que la ansiedad y la tristeza parecían atraparla nuevamente.
"Es solo un día", se repetía Minjeong, intentando consolarse. "No estoy sola. Estoy mejor". Pero esas palabras se sentían vacías cuando el silencio de su habitación era abrumador. Sin embargo, también había algo reconfortante en el espacio, un refugio que había sido su santuario en los momentos más oscuros. Era el lugar donde podía ser completamente ella misma, sin el miedo al juicio.
Un mensaje de Karina apareció en su teléfono, rompiendo la monotonía del silencio. **"¿Cómo estás hoy? ❤️"** Minjeong sonrió, sintiendo una mezcla de amor y culpa. No quería preocupar a Karina, así que respondió con un simple **"Estoy bien, solo descansando."** Sin embargo, sabía que su amiga, con su instinto protector, vería a través de esa fachada.
Karina no era solo una amiga; era su ancla. Desde que se conocieron, su vínculo había crecido profundamente. Karina había sido un rayo de sol en los días nublados de Minjeong, pero hoy, ella parecía estar atrapada en su propia tormenta.
Decidida a no dejar que Karina se preocupase más de lo necesario, Minjeong giró sobre su cama, decidiendo hacer algo productivo. Se levantó y, mientras trataba de organizar un poco, escuchó un golpeteo suave en la puerta.
"¿Minjeong? Soy yo, Karina", dijo una voz suave y familiar. "¿Puedo entrar?" Minjeong se quedó en silencio por un momento, sintiendo la lucha interna entre querer compañía y desear permanecer en su capullo de soledad.
"Claro", respondió al fin, con una voz apenas audible. La puerta se abrió y Karina entró, con una bolsa de comida y una sonrisa radiante en su rostro."¡Sushi!" exclamó Karina, levantando la bolsa como si fuera un trofeo. "Lo hice a tu medida. ¡Espero que tengas hambre!" Minjeong no pudo evitar sonreír, sintiendo que una chispa de alegría iluminaba su interior. Sin embargo, la sonrisa se desvaneció rápidamente cuando recordó que no había comido nada en todo el día.
"Gracias, pero no tengo mucha hambre", murmuró, sintiéndose mal por decepcionarla."Vamos, Minjeong, sabes que el sushi es tu favorito", insistió Karina, mientras sacaba los recipientes de la bolsa. "Además, lo hice con amor. Eso siempre le da sabor".Minjeong sintió que su corazón se derretía un poco. Karina tenía esa habilidad especial para hacerla sentir querida, incluso en sus momentos más oscuros. Con un suspiro resignado, se sentó en la cama, dejando que la calidez de la compañía de Karina la envolviera.
Mientras comenzaban a comer, la conversación fluyó fácilmente entre ellas. Recordaron viejos momentos, compartieron risas y se adentraron en historias que solo ellas entendían. Pero, en medio de la risa, Minjeong sentía que una sombra se cernía sobre ella. A veces, la ansiedad podía llegar como un ladrón silencioso, robando la alegría de esos momentos."¿Te acuerdas de aquel viaje al zoológico?" preguntó Karina, mientras llenaba su boca con un trozo de sushi. "Ese día hiciste una muñeca de nieve que parecía un monstruo, y todos se rieron. Fue épico".
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I finally have a girlfriend and she's the bomb (WinRina)
FanfictionKim Minjeong siempre está en su habitación jugando videojuegos o dormida junto a su gato y todos se preguntan como hizo para ser novia de Karina Yoo la princesa de la escuela Contiene temas sensibles como depresión y ansiedad, si sientes que no es l...