Viviendo Juntos.

IX. Culpa

Una vez que He Tian tuvo sus primeros momentos de conciencia pudo percibir el olor a sanitizante y alcohol, además de sentirse algo aturdido y desorientado. Con forme abría los ojos una luz blanca le irritaban. Lo primero que pudo observar fue a tal luz que lo apuntaba directamente, escuchaba voces lejanas a su alrededor, cuando quiso levantarse por mero instinto sintió una punzada en uno de sus costados, volteo a ver como es que estaba postrado en una camilla de hospital con un yeso junto a un agarre en su brazo derecho, a pesar que no le dolía nada podía sentir varias sensaciones incomodas a lo largo de su cuerpo. Pero lo que indudablemente le llamo la atención fue la pálida mano que se recargaba en el borde de la camilla, la cual no pudo identificar aún se sentía aturdido y entumecido debido a los efectos de la anestesia. Al subir la mirada para reconocer quien se encontraba a su lado vio a Mo Guan Shan.

Tan pronto como reconoció el rostro de Mo fue un golpe de recuerdos a su cabeza, en donde podía volver a sentir el frío que recorría su cuerpo y Mo que mientras lloraba lo llamaba por su nombre. También recordaba que estaba en peligro, así que verlo a un lado de él lo hacia sentir alivio y de cierta forma felicidad. Por ello, de manera casi instintiva tomó su mano, que hizo despertarlo.

Cuando Mo vio que He Tian por fin se encontraba consiente y mirándolo a los ojos, se hizo nudo su garganta, las palabras no podían salir. Mo se sentía feliz, sintió como de un segundo a otro la sensación de preocupación que le presionaba el pecho cuando pensaba en el estado que se encontraba He Tian, desaparecía. Dentro de los profundos pensamientos de Mo no deseaba que He Tian despertase, obvio quería que se recuperara pero no sabría como afrontarlo, en momentos pensaba que una vez que lo vea sólo le reprocharía y le gritaría todo lo que le pasaba por la mente, ¿Por qué estaba en esa condición?, ¿Por qué se había peleado?, ¿Quién lo había hecho y por qué llegó tan asustado aquel día? y más cosas a cerca de la poca conciencia que tenía. Sin embargo, al tenerlo de frente no le salía nada, ese nudo en la garganta no lo dejaba sacar ni un grito, su mente estaba en blanco y sus ojos por si solos se empezaron a cristalizar. De forma impulsiva lo único que logro hacer fue abrazarlo.

- Agh... Ojala me hospitalicen más seguido para conseguir más de esos.- He Tian lo comento con la voz algo forzada y entre risas; porque a pesar que Mo lo estaba presionando contra si mismo y sentía el cuerpo molido seguía feliz.

- Solo... Cállate. - Mo se limpio las lagrimas que escurrían por si rostro en el hombro de He Tian, no quería que lo viera llorar, dio un profundo suspiro para tomar fuerzas y verlo a los ojos nuevamente.

Cuando se miraron Mo tuvo una risilla nerviosa.

- Estas molido a golpes. - Mo le dijo mientras le ponía en frente una bacinica de metal en donde se podía reflejar.

- Nada de lo que estoy viendo lo siento, estoy muy anestesiado, la verdad lo disfruto un poco. - Miraba como es que tenía un golpe en el pómulo izquierdo junto con un derrame en su ojo, el labio y la nariz partida. Bajo su mirada y suspiro un segundo. - Dime... ¿Cómo es que el pequeño Mo me salvo la vida? -

- Bueno... después de que tu te desvanecieras tu hermano llamo a tu celular - Vio la cara que mostraba evidente disgusto por parte de He Tian - Le dije que no reaccionabas y en un par de minutos había una ambulancia fuera del edificio... de hecho él -

La conversación entre ellos fue interrumpida cuando He Cheng entro a la habitación. Los pasos de He Cheng retumbaban a lo largo. He Tian rápidamente noto que estaba molesto, pero él se encontraba de la misma forma, así que lo miraba con total desprecio. El ambiente tenso era inmensamente obvio para el pelirrojo, recordaba con intensidad las peleas entre aquellos hermanos y lo ultimo que quería era interferir entre cualquiera de sus asuntos. Cuando los He se encontraron cara a cara hubo un gigante silencio que los separaba añadido de intensas miradas de inconformidad.