Viviendo Juntos.

VIII. Debilidad

Qiu se encontraba manejando camino al centro de reunión mientras que He Tian estaba sentado en la parte trasera del auto, viendo por la ventana. Cuando Qiu lo vio a través del espejo pensó que tenia la misma imagen que He Cheng cuando estaba profundamente perdido en sus pensamientos, los hermanos He eran sumamente parecidos físicamente pero sus caracteres y personalidades eran totalmente diferentes por ello jamás podría confundirlos.

-Mi hermano lleva mucho tiempo preocupado por este asunto, ¿cierto?- He Tian rompió con el silencio que existía en el auto y con los pensamientos de Qiu.

-¿Que le hace pensar eso?- Le contesto serio y con la mirada en el camino.

-Tiene un rostro y una mirada que lo delatan cuando esta preocupado, no se puede ver a simple vista, pero apuesto a que sabes a que me refiero.- Alejo su mirada de la ventana para voltear a ver a Qiu por el espejo retrovisor. Qiu llevo su puño a la boca y después aclaro su garganta, era obvio lo que He Tian insinuaba.

-Si, bueno, es algo de que preocuparse, la organización quedó a cargo de él hace años y jamás se había tenido un infiltrado que durará tanto tiempo y mucho menos se trataba de alguien tan cercano, eso junto con las cosas que se están haciendo a escondidas de He Cheng puede dar una mala reputación.- Esta respuesta hizo que He Tian alejara su mirada y se relajase.

-Supongo que tienes razón, ahora es asunto de Cheng y se le vería como el responsable de todo lo que sucede y no, dentro de la organización pero es una verdadera molestia que yo sea el que esta haciendo este trabajo, yo no quería nada de esto.

-Le aseguro que su hermano tampoco quiere que sea parte de esto, sin embargo no tiene muchas opciones. Al igual que usted desea que tenga una vida tranquila y sobre todo que no se exponga a una situación de peligro. Quiere protegerlo.

-Por eso es que te mando a ti, porque no puede confiar en alguien más para proteger a su hermanito ¿No es así?- He Tian sonrió con maleficencia. -Bromeo, aunque no lo creas me gusta que mi hermano tenga a alguien en quien pueda apoyarse.

El silencio volvió y He Tian volvió adentarse en su mente. La relación que existe entre Cheng y Qiu no es evidente, mucho menos es obvia pero conoce a su hermano sabía que no dejaría que nadie estuviera a su lado a menos que fuera alguien importante y que quisiera en su vida, como llegaba a tratar a Qiu era muy diferente a pesar de jamás dejar de ser profesional y por cortos y se refería a MUY MUY cortos momentos en los que Cheng miraba a Qiu de la misma forma que él miraba al pelirrojo pero era justamente en esa parte en la que se perdía, si podía llegar a mirarlo de tal manera por que lo puede tener dentro de ese mundo. He Tian sabía que él jamás podría exponer a Mo a asuntos tan peligrosos tanto como para ser su mano derecha sabiendo todas las consecuencias que esto conlleva y mucho menos permanecer tranquilo, le dolía y se lamentaba el solo pensar que Mo resultara lastimado por su culpa, por eso no podía dar por hecho ninguna relación que existiera entre Qui y Cheng.

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Unas pocas horas después He Tian y Qui se encontraban en el hotel de lujosas habitaciones, pisos dorados adornados por largas alfombras y con grandes muebles rústicos, tal hotel era conocido por albergar continuamente a gente que es de sospechosa reputación por tener dudosos negocios y algunas personas que entraban jamás se les veía salir o al menos no por la entrada principal, sin embargo en lo que estaban mas interesados era en mantener vigilando a Nikolay, apenas entrando a la habitación se encontraban algunos monitores, unas computadora y dos personas más.

- Ven tenemos vigilancia para encargarnos de Nikolay- Qiu le señalaba cada uno de los artefactos que se encontraban en la habitación.

Pues tenían micrófonos en los conductos de ventilación de la habitación de Nikolay, también tenían cámaras escondidas por fuera, pero nada estaba [por dentro, no querían ser evidentes y tenían que ser muy cuidadosos por ello no rentaron la habitación de lado, sería muy invasivo y jamás tendría la confianza suficiente como para que pudiera llegar a decir algo comprometedor.