⟶Chewis. ♡ Towards the sun.

The best change.

"Los nuevos comienzos siempre traen cosas buenas."

Carlos se había puesto en contacto con Lando, y claro que podía conseguirle un departamento a Sergio, lamentablemente no sería cerca de la familia Sainz Leclerc.

Sergio debía desaparecer porque claro que lo último que quería era que su mejor amigo estuviera en peligro, no se lo perdonaría si algo le pasaba a Carlos y Charles.

Mucho menos a su sobrina.

—Te vamos a visitar pronto, lo prometo —Carlos sonrió y le dió un fuerte abrazo a su mejor amigo.

—Cuídate mucho Sergio, te vamos a extrañar —Charles también abrazó al mexicano con lágrimas en los ojos.

—Voy a estar bien Charlie, por favor, cuiden mucho a Iracebeth.

Sergio abordó su avión, su destino era Inglaterra, sabía que era lo mejor, necesitaba a muy poca gente que conociera su ubicación.

El vuelo fue relativamente rápido, entonces ya estaba en Inglaterra como a eso de las 5:00 de la tarde.

Al salir del aeropuerto pudo ver a Lando, uno de sus mejores amigos al igual que Carlos.

—No puedo creer que estés aquí —el británico le dio un fuerte abrazo y casi se le quebraba la voz.

Habían pasado tantos años, era casi imposible que alguien supiera algo del mexicano.

—Aquí estoy, ven, vamos a casa.

Lando llevó a Sergio a un barrio lujoso, el mexicano le dió una mirada al piloto y este simplemente le dio una sonrisa.

—Checo, Carlos y yo vamos a protegerte, necesitas mucha seguridad y es mejor que te quedes en mi antiguo departamento.

—¿Ya no vives aquí? —Sergio le preguntó a su amigo.

Eran demasiados cambios, se había perdido de mucho.

—Aún vivo en Londres, pero, con mi pareja, se llama Daniel Ricciardo, espero que en algún momento puedas conocerlo —Lando tomó la mano de su amigo.

—Lando, de verdad no quiero ocasionar problemas —Sergio miraba al menor.

—Estás a salvo con nosotros, Checo, no dejaremos que nadie te haga daño, tranquilo.

Entonces Sergio trató de relajarse, pero claro que debía ser precavido y no bajar la guardia, no quería que las cosas malas volvieran.

Al llegar al lujoso departamento de Lando el mexicano pudo respirar tranquilamente.

—La contraseña de seguridad, el número de la policía, mi número y el de Dany, es una propiedad muy segura y no dudes en hablarme si pasa algo —Lando le dejó un papel con todos los datos que necesitaba Sergio.

—Gracias —al mexicano se le quebró la voz.

—Perdóname por jamás haber vuelto a tratar de contactarte, perdóname por no ser el amigo que debías tener —Lando lloró abrazado al pecoso.

Lando podría parecer muy fuerte, pero esto lo había sobrepasado, no podía creer como es que había abandonado a su suerte al pobre Sergio tantos años.

Y lo que había sufrido.

—No, no, Lando no es tu culpa, es mi culpa por dejar que todo esto escalara a estos niveles —Sergio estaba destrozado.

Lando se quedó un rato más, cuando el menor se fue Sergio bajó todas las cortinas de todas las ventanas también las cerró con seguro, las puertas, puso su sistema de seguridad y al fin pudo respirar.

Sacó todo de su maleta para instalarse en la habitación de su amigo.

Ya más tranquilo se dio un baño y encendió la televisión, se quedó viendo las noticias hasta que se aburrió y cambió de canal.

Entonces después de cambiar 5 veces de canal Sergio se detuvo en el canal de deportes.

Sintió una sensación de tristeza muy profunda cuando vió la carrera de Fórmula 1 en repetición.

En el circuito de Mónaco, que alguna vez fue su favorito por ser callejero, cuando él corría.

Se recostó en la cama mientras se tapaba totalmente, el pecoso no podía entender cómo hacía más de 5 años su vida había cambiado tanto.

Había dejado todo atrás, había dejado su carrera como piloto de Fórmula 1, había dejado a sus amigos, su felicidad, sus sueños, sus creencias, sus decisiones, su total identidad.

Había dejado su vida, esa vida que tanto le había costado tener ya no existía más.

Pero ahora había salido, ahora estaba reconstruyendo todo eso que antes había dejado, estaba volviendo.

Porque claro que el mexicano no iba a dejarse morir, había luchado tanto por salir de ese infierno, de salir de la oscuridad; claro que iba a vivir.

Aunque ahora era ruinas, una vez fue imperio, era cenizas pero aún seguía siendo ese fuego atrasador.

Si la vida le estaba dando esa segunda oportunidad iba a aprovecharla al máximo, volvería a encontrarse.

Entonces, esa noche Sergio se prometió que iba a volver a ser fuerte, que iba a ser imparable para que sí por alguna razón las sombras lo encontraban, él ahora sí tuviera el valor de luchar.

De luchar por su vida, de luchar por todos esos años perdidos.

—Nadie va a volver a decirme que hacer, nadie va a hacerme sentir que yo no puedo, nadie va a hacerme sentir insuficiente, yo voy a volver a ser lo que una vez fui.

Entonces se dió media vuelta y apagó la luz con su celular, gracias a qué Lando tenía una casa inteligente era fácil.

Por primera vez en mucho tiempo, Checo durmió tranquilamente, durmió como hacía años que no dormía.

Sin estar alerta, sin dormitar, sin el insomnio que le provocaba la ansiedad, sin dolor.

Entonces al despertar al otro día Sergio no abrió las cortinas, no abrió las ventanas y tampoco las puertas, pero si fue a prepararse el desayuno.

Comió por primera vez algo decente, algo que le gustaba y se le habían salido unas cuantas lágrimas al pecoso al probar el chocolate.

Sergio amaba el chocolate con toda su alma, volver a comerlo después de muchísimo tiempo le supo a gloria.

El mexicano exploró la casa y se dió cuenta que su amigo tenía un gimnasio pequeño.

¿Hace cuánto tiempo no se ejercitaba? Oh claro, lo había dejado de hacer porque se lo habían prohibido muy estrictamente.

Pasaron dos semanas, dos semanas en las que Sergio se sintió libre, claro que no podía salir a la calle pues aún era peligroso.

Pero había vuelto a retomar el ejercicio, comía lo que él quería, había vuelto a descubrir cosas de él que ni siquiera se había imaginado que le gustaban.

Estaba volviendo a ser él, definitivamente esto era lo que le hacía falta, era el cambio definitivo y que jamás se imaginó tener, porque claro que siempre que hay un cambio se traen cosas buenas consigo.