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Los tres comían tranquilos mientras hablaban de cosas triviales. Jin contaba como le fue el día en la academia, Jiro contaba algunas cosas que le pasaban con sus compañeros en clases, y bueno ______ se dedicaba a escuchar más que nada. Los tres reían de vez en cuando y los dos hermanos se peleaban cada dos minutos por la más insignificante cosa. 

Una vez acabaron de comer recogieron y cada uno fue por su cuenta, Jin fue a su habitación, Jiro fue directo a ver la televisión y ______ se tumbó en el sofá a ver dibujos con el pequeño. 

La tarde llegó y Jin y Jiro se fueron juntos, ya que al más pequeño lo habían invitado a un cumpleaños de un compañero de su clase. La invitaron a ir con ellos, pero la chica no tenía muchas ganas de aguantar a tantos niños gritando de aquí para allá. Además, la última vez que fue los confundieron a Jin y a ella con una pareja, lo cual no era tan extraño dada la situación. 

En realidad Jin no era un chico feo, a decir verdad le parecía bastante guapo, no iba a mentir. Era alto, fuerte e inteligente, además se esforzaba mucho en la academia de policía, y sumado a eso, trabajaba a tiempo parcial para poder pagar la casa y cuidar de su hermano. Por eso alquilaban una habitación. Y ahí llegó ______, una chica nueva en la ciudad que encontró trabajo a tiempo parcial en una tienda de ropa y tenía un gran afán por la fotografía. 

______ dio un suspiro largo sentándose en su cama. El día era nublado, haciendo que la casa comenzara a estar oscura enseguida y poco a poco sentía como la casa se le caía encima. 

—Necesito salir.— Se dijo a si misma levantándose. Tal vez no era la mejor opción, pensaba. Pero necesitaba salir a que le diera el aire cuando empezaba a sentirse así. No quería lidiar con un ataque de nervios en ese momento. 

Se puso unos botines y el abrigo junto con las llaves y la cámara de fotos y salió del edificio, no sin antes enviarle un mensaje a Jin para que no se preocupara. Se quedó parada un momento frente al edificio mirando a su alrededor y encendió la cámara, comenzando así a caminar sin ningún rumbo fijo en realidad. 

Mientras tanto, a unos pasos del edificio, se encontraba un auto aparcado. 

—Señor.— Un hombre dentro hablaba por teléfono. —Sí, la chica acaba de salir del edificio.— Esperó un momento a que le contestaran. —De acuerdo, señor.— Acto seguido arrancó el auto para comenzar a seguir a la chica, esperando un buen momento para acercarse a ella. 

La fémina por su parte se dirigió hacia una de las calles, donde normalmente transitaba gente, y donde se encontraban los edificios más turísticos, edificios antiguos de arte modernista. ______ no dudó en empezar a tomar fotos a todo aquello que le parecía digno de fotografiar. 

La gente caminaba indiferente, y ella se tomaba el tiempo de observarlo todo, a todos, a cada cosa que la rodeaba. Un niño paseando a su cachorro, un anciano comiendo un helado con su amada, una pareja admirando los edificios... Todo quedaba plasmado en aquella cámara.

Así pasó la tarde, despejada de aquellos pensamientos que la tenían en vela todo el día. Solo era su cámara y ella. Pronto sintió como el frío era cada vez mayor debido a la noche, por lo que decidió volver a casa tranquilamente mientras observaba algunas de las fotos que había tomado, pasando por una de las calles no tan transitadas.

—La tengo señor.— Avisó el hombre que no había despegado su vista de la chica en toda la tarde acercándose un poco en el coche. 

Vio como en un momento la chica giraba en la esquina de una calle y el hombre no dudó en acercarse. Al asomarse, vio como la chica había desaparecido de aquel callejón. El hombre salió de aquel coche observando cualquier rincón para corroborar que nadie se encontraba allí. Avisó por el teléfono y colgó, volviendo a entrar al auto para arrancar e irse de allí en busca de la más joven.

Un jardín de rosas blancas (URSS x Lectora) {LIBRO 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora