Capítulo siete: Entre el anhelo y la exclusión
Mi infancia estuvo plagada de momentos en los que anhelaba desesperadamente la felicidad que parecía esquivarme. Uno de esos momentos que quedaron grabados en mi memoria ocurrió cuando mi hermana gemela, Stephany, se deleitaba patinando con destreza y alegría. Era un espectáculo fascinante que despertaba en mí un profundo deseo de unirme a ella en aquel mundo de diversión sobre ruedas.
Sin embargo, mi discapacidad visual se interponía entre mis ansias y mi capacidad de disfrutar plenamente de esa actividad. Los patines se convertían en objetos inalcanzables para mí, y cada intento por subirme a ellos se encontraba con la realidad implacable de mis limitaciones. Aquel día en particular, Stephany patinaba con destreza mientras yo observaba, con el corazón encogido, desde la barrera de la exclusión.
Lo que más dolió en aquel momento no fue solo mi incapacidad para participar, sino la actitud de mis propios padres. Mientras intentaba ocultar mis lágrimas y disimular mi tristeza, sus palabras crueles resonaron en el aire como puñales en mi corazón. "¡Deja de llorar y quédate quieta!", me gritaron, sin comprender el profundo anhelo que habitaba en mí.
En medio de mis sollozos y mi desconsuelo, encontré consuelo en los brazos amorosos de mi hermana mayor, Karla. Ella entendió mi dolor sin necesidad de palabras, y su abrazo cálido se convirtió en un refugio seguro donde pude expresar mi tristeza y frustración. Me escuchó pacientemente mientras desahogaba mi pena, comprendiendo el peso de la exclusión que sentía en aquel momento.
Aquella experiencia marcó un punto de inflexión en mi vida. Sentí en carne propia la frustración y el dolor de ser diferente, de no poder disfrutar de las cosas simples que tanto anhelaba. En ese momento, el deseo de ser como los demás niños y experimentar la felicidad sin obstáculos se volvió una constante en mi vida.
A pesar de la falta de apoyo de mis padres, el consuelo y el amor incondicional de mi hermana Karla se convirtieron en una luz en medio de la oscuridad. Su apoyo me recordó que mi valor como persona no dependía de mis habilidades físicas, sino de mi fuerza interior y mi capacidad para superar las adversidades.
KAMU SEDANG MEMBACA
Lo que esconde una sonrisa
Nonfiksisi, sufrí de exclusión por tener discapacidad visual también podría hablar de bullying que he sufrido por vivir de esta manera y por mas triste que suene he aprendido a vivir con esto. Aunque esto es solo una parte pequeña de todo lo que me rodea ha...