Capítulo diecinueve: En busca de la sanación y la resiliencia: Un camino lleno de desafíos
Decidimos planear una reunión para abordar la situación con la profesora. Después de la angustiante experiencia de ser humillada una vez más en el salón de clases, mis padres y yo nos dimos cuenta de que no podíamos permitir que esto continuara. Era hora de tomar medidas más firmes y enfrentar directamente el problema.
Nos pusimos en contacto con la dirección del colegio y solicitamos una reunión con la directora y el psicólogo escolar. Explicamos la gravedad de la situación y cómo el trato inapropiado por parte de la profesora estaba afectando mi bienestar emocional y mi rendimiento académico. Les pedimos que tomaran cartas en el asunto y se aseguraran de que se respetaran mis derechos como estudiante.
Después de algunos días de espera angustiosa, recibimos la confirmación de que la reunión se llevaría a cabo. Sentí un cúmulo de emociones: alivio, esperanza y un poco de ansiedad. Sabía que este sería un paso importante en mi búsqueda de justicia y sanación, pero también temía las posibles consecuencias que pudiera enfrentar después de enfrentar abiertamente a la profesora.
El día de la reunión finalmente llegó. Me preparé mentalmente para expresar mi verdad sin titubear, sin importar las consecuencias. Acompañada por mis padres, ingresamos al despacho de la directora, donde también nos esperaba el psicólogo escolar.
Sentada frente a ellos, sentí una mezcla de nervios y determinación. Era el momento de narrar mi experiencia en primera persona, detallando cómo la profesora había afectado negativamente mi bienestar emocional y mi confianza en mí misma. Les hablé de sus palabras hirientes, sus gritos y la forma en que me humillaba frente a mis compañeros.
El psicólogo y la directora escucharon atentamente cada palabra, demostrando comprensión y empatía hacia mi situación. Me sentí escuchada y validada, algo que tanto había anhelado durante mucho tiempo. Comprendieron la gravedad del problema y se comprometieron a tomar medidas concretas para abordarlo.
La reunión fue un punto de quiebre en mi lucha por la justicia y la sanación. Sabía que no estaba sola en esta batalla y que contaba con el apoyo de profesionales dispuestos a proteger mis derechos como estudiante. Me sentí fortalecida y más decidida que nunca a no permitir que el trato injusto y humillante continuara.
Aunque sabía que el camino no sería fácil, me comprometí a seguir adelante con determinación y valentía. Tenía la esperanza de que esta reunión marcaría un cambio positivo en mi experiencia educativa y me permitiría encontrar la paz y la estabilidad que tanto necesitaba.
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Lo que esconde una sonrisa
Non-Fictionsi, sufrí de exclusión por tener discapacidad visual también podría hablar de bullying que he sufrido por vivir de esta manera y por mas triste que suene he aprendido a vivir con esto. Aunque esto es solo una parte pequeña de todo lo que me rodea ha...