Jamás pense que de un día para otro, mi vida cambiaría significativamente. El mundo se convirtió en un lugar de muerte, crueldad y sin la mínima esperanza de poder continuar de esa forma; pocos quedaron ante la indecisión de escoger rendirse o lucha...
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-Tengo hambre.- murmura por milésima vez Isabella sentada en el último escalón.
-Lo sé.- responde su hermano quien miraba por la pequeña ventana que daba a la calle.
Ambos hermanos habían estado "viviendo" en el sótano desde que habían salido de su hogar, Isabella había perdido completamente la noción del tiempo ya que estaba segura que si llevaba la cuenta de cuantos días habían estado allí escondidos se volvería loca.
Además que no había estado durmiendo como quisiera, cuando cerraba los ojos no evitaba ver a los caminantes matando y personas llenos de sangre, algunas veces se imaginaba a su ex cuñada en los brazos de su hermano, incluso que Nate fuera uno de ellos.
-¿Algún caminante?- inquiere Isabella aburrida.
-Tres, justo donde esta el auto.- responde en un susurro.- Pero no se si hay más del otro lado de la calle.
-Sí salimos armados y protegidos podemos ir por la comida que esta en tu mochila.- sugiere la castaña.
-No voy a ponerte en peligro.- niega Nate viéndola.- Puedes aguantar un poco más.
-Llevo tres días sin comer.- se queja parándose. Y no era mentira, al principio Nate había subido a la cocina a buscar comida, algo que les duró por un buen tiempo pero se había acabado hace unas semanas. E Isadora no había guardado comida en su mochila, únicamente dos chocolates que había estado racionando junto a Nate.
-Esta bien, iré por la mo...
-No, iré contigo.- lo interrumpe su hermana.- Estamos juntos en esto.
-Isa...
-Ya no soy una niña Nate, además siempre decías que aunque tenga miedo no hay que demostrarlo.- recrimina la castaña cruzándose de brazos.- Sí no me llevas, voy a gritar y ellos vendrán hasta acá.
-Eres terca como una mula, pero esta bien.- asiente dudoso Nate.- Agarra ese palo, entre menos usemos las armas, menos atraeremos a esos muertos vivientes.
-Como ordenes capitán.- Nate rueda los ojos agarrando la espada y colocándose en la espalda, mientras Isadora iba por un palo que había allí.
Nate fue el primero el subir lentamente seguido de Isadora, el primero le hizo una seña de silencio a su hermana quien asintió, al abrir la puerta inmediatamente un olor a putrefacto invadió las fosas nasales Isadora, provocándole nauseas.
-Sí gustas, regresa.- susurra Nate al verla que estaba a nada de vomitar.
-No, voy a seguir.- asiente. Nate suspira profundamente mientras caminaba con cuidado de no hacer tanto ruido, al llegar a la puerta Isa miraba todo con asco de tanta sangre y cuerpos despedazados por doquier.
Un caminante notó la presencia de ellos pero antes de hacer algún ruido, Nate se encargó de cortar la cabeza a la mitad y luego miró a su hermana quien lo miro sorprendida. El castaño se hizo señas de que continuaran caminando hasta llegar al auto, Isadora insertó el palo justo en la cabeza a otro caminante y Nate mató al último que quedaba a la vista.
