EPISODIO XII - LA DESPEDIDA

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Después de una larga y ardua travesía, Ariana y la hermandad alcanzaron por fin las montañas sagradas.

El aire del lugar era frío y cortante, pero el corazón de la elfa latía con fuerza y calor

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El aire del lugar era frío y cortante, pero el corazón de la elfa latía con fuerza y calor. Estaba a punto de cumplir su destino, nerviosa y emocionada de encontrarse cara a cara con el más sabio y antiguo de todos los dragones.

Ella y la hermandad se acercaron con cautela a la entrada de la caverna, una grieta oscura y amenazante en la roca.

Intentaron entrar juntos, pero una especie de campo de fuerza místico los repelió con violencia, lanzándolos al suelo

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Intentaron entrar juntos, pero una especie de campo de fuerza místico los repelió con violencia, lanzándolos al suelo. Solo Ariana permaneció en pie, ilesa e inmune al hechizo.

De inmediato comprendieron que Sir Églamor tenía razón cuando dijo que solo los elegidos y los seres mágicos eran dignos de ver al dragón. Era evidente que éste no permitiría la entrada a cualquiera. Ariana debía entrar sola y sintió un escalofrío de miedo recorrer su espalda.

Sir Églamor se levantó con dificultad y le sonrió con orgullo.

- Adelante, princesa

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- Adelante, princesa. No tema. El dragón le espera. Nosotros nos quedaremos aquí para vigilar que ningún enemigo se acerque.

Ariana asintió con determinación y se aventuró al interior de la cueva. Era ésta un laberinto de túneles interminables que se bifurcaban y retorcían en todas direcciones.

Barúk y los dragones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora