Capítulo 8

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Pasaron más de tres meses y en el transcurso de ellos, se llevó a cabo el bautizo de los mellizos. Además, Claudia había terminado su curso y el amor entre John y ella se fue desarrollando hacía poco tiempo. Por eso, ella lo invitó a Italia junto a su hermana, para que conozcan a su numerosa familia y también asistir a los previos y a la boda de Francesca. Tomaron el tren y después de varias horas de camino, llegaron a la estación. Ahí, Johanna y Milenna los recibieron.

Hermana, te hemos extrañado mucho – dijo Mile abrazándola-

Mile, yo también a ustedes – dijo ella-

Sí, hija ya nos hacías falta pasaron muchas cosas buenas que no pudiste ver – dijo su mamá abrazándola igual-

Lo sé, madre – dijo ella-, bueno les presento a mi novio John y a su hermana Sophie.

Nice to meet you both – saludó Milenna con el poco inglés que recordaba-

Indeed – dijeron ellos-

Johanna solo se limitó a darles la mano.

Camino a la casa Genovessi, Milenna les hacía conversación y mientras Johanna hablaba, Claudia les traducía lo que decía para una mejor comunicación. Después, ya en la casa, Claudia los presentó.

Padre, te presento a mi novio John y a su hermana Sophie Marshall – dijo ella-, guys this is my father, Dario.

Pleased to make your acquaintance – dijo Dario sorprendiendo a todos-

Indeed, sir – dijeron ambos hermanos-

¡Papá! No sabía que hablabas tan bien inglés – dijo Claudia sorprendida-

Es una cosa que no sabías de mí, cara – dijo el señor Genovessi con orgullo-

Pardon me, Claudia, where are your other three siblings? – preguntó Sophie-

Well, Giovanni lives in Tuscany with his wife and children, Gianella is on her way; and Francesca, I suppose, is somewhere else – respondió ella-

En ese momento, parecía que las palabras de Claudia hicieron efecto porque tocaron el timbre y cuando ella abrió justo Giovanni y Valentina estaban ahí y coincidentemente Gianella y Davide

Clau, regresaste – dijo su hermano mayor dándole un abrazo-

Sí Gio', ya estoy aquí – dijo Claudia-, hola cuñada.

Hola, Claudia es un gusto tenerte aquí – dijo ella-

Ella se sorprendió al ver a sus sobrinos ya un poco más grandes.

¡Están muy grandes desde la última vez! – exclamó ella-

Luego, les presentaron a los hermanos Marshall. Más tarde, almorzaron la rica comida que Johanna junto con Milenna habían preparado en honor a los invitados de Claudia.

Así fueron pasando los días hasta que llegó la despedida de solteros. En la de Francesca, estuvieron sus amigas del liceo, sus hermanas, sus primas, Valentina, Laura, sus tías, su madre, la señora Marina Galli y hasta Sophie. Mientras que en la de Dante, sus amigos, sus primos, Giovanni, Carlo, Dario, el señor Galli y por supuesto, John. En esta última, Michele conoció a John y como que no le agradó mucho.

En la reunión de las mujeres, la futura novia confesó sus sentimientos acerca del gran día.

La verdad, estoy demasiado emocionada y sentimental en este momento – dijo ella-

Ya me imagino, cara – intervino una de sus tías-

Bueno, figlia si tienes alguna duda sobre la noche de bodas, aquí estamos Gianella, Valentina o yo – dijo su madre-

Madre, per cortesia, aquí está la señora Galli, mejor en otro momento – dijo Francesca con las mejillas rojas-

Bueno, cambiando de tema – intervino la señora Marina-. Cara Francesca, estoy feliz de que ya vayas a ser parte de la familia no solo como nuestra nuera sino también porque eres una persona excelente.

Gracias, señora me halaga, yo también siento lo mismo y usted sabe el cariño que le tengo – dijo ella-

Horas después de que terminaran ambas reuniones, ya en la casa Genovessi, John quiso hablar con Sophie para comentarle algo en lo que ha pensado todo el tiempo.

Now that we are alone, tell me what is going on – dijo Sophie-

Well, dear sister, all this time since I have been in a relationship with Claudia, I was thinking about proposing to her – dijo él un poco nervioso-

Okay, brother hold your horses! You have been dating for a very short time yet. Do not you think you are rushing? She is still twenty, and her twin sister is not married yet as well – dijo ella-

God, you are right, but I am incandescently in love with her and I do not want to be apart from her, but I asked you because I was not sure if it is too soon for that – dijo él-

Well, in my book it is, but I have an idea, why do not you ask mumma and father? They should give you better advice on what to do – dijo ella-

Okay, thank you lots Soph! – exclamó él-

Así fue como él llamó a sus padres. En el momento que les dijo lo que pensaba, ellos pensaron que  no era una buena idea, pero igual continuó con sus planes.

Al día siguiente, el día esperado había llegado. Todos hicieron la rutina habitual y después de tres horas de alistarse, la novia se fue a la parroquia con su padre antes que todos.

En fin, cuando todos los Genovessi estaban dentro de la parroquia, el resto de la familia Rossi llegó. Al saludarse entre todos, a Michele le brillaron los ojos al ver a Claudia y ella al notar la manera cómo la miraba le sonrió. John lo notó, pero no dijo nada. Después, los Galli entraron, el novio estaba emocionado porque sabía lo hermosa que se vería ella en el vestido. La conversación animada entre las familias se interrumpió al escuchar la marcha nupcial con Francesca tomada del brazo de su padre. Ella, tal como lo decía Gianella, lucía radiante en el vestido, el cual resaltaba sus rasgos faciales por lo que no necesitó mucho maquillaje. Todos al verla quedaron fascinados y el novio, por supuesto, muy embelesado. Al llegar al altar, Dario se hizo a un lado y comenzó la ceremonia. Lo mejor fueron los votos, porque esas palabras conmovieron a todos los presentes, se les notaba enamorados el uno del otro.

Llegó la hora de la fiesta y todos la pasaron bien. Ahí, Claudia se tomó el tiempo para presentarles a John y Sophie a las chicas de la familia Rossi, lo disfrutaron mucho. Hasta que, a la hora de la comida, los señores Galli y Genovessi dieron unas palabras, entre las cuales les dijeron a los recién casados que les obsequiaban el segundo piso de la casa Galli para así estar más cerca. En la puesta del sol, los invitados se iban retirando y también la pareja porque tenía que ir a la estación para tomar el tren a París, la primera parada antes del destino final de su luna de miel.

Cuídense mucho – dijo su padre botando unas lágrimas-

Sí, padre y no llores, vamos a estar bien – dijo ella envolviéndolo en un abrazo-

Es inevitable, eres la segunda que se va – dijo Dario-

Padre, ¿estás bien? ¿ocurre algo que no sepamos? – preguntó ella-

No, solo estoy sentimental – respondió él-

Lo que nadie sabía era que el señor Genovessi estaba con malestares intensos en el pecho desde hace unos días.

Al despedirse de todos, partieron hacia la estación. El viaje no fue largo, por lo que llegaron con suficiente tiempo para instalarse en su habitación de hotel. Ya dentro de esta, Francesca se estaba quitando el maquillaje y vestido.

-Ayúdame con el cierre, por favor-

Mientras le iba bajando el cierre, le daba minúsculos besos por el cuello, los hombros y al terminar de ayudarla con eso, la ayudó con el corpiño, antes de seguir ella le expresó su preocupación acerca de su padre y sus palabras, pero le dijo que igual podían comenzar con su noche porque a su papá no le hubiera gustado verla así. Fue así como comenzaron a besarse cada vez más y así fue transcurriendo la noche. Lo sorprendente era que Francesca, a pesar de su humor, lo supo manejar muy bien, ya que se apoyó en los fuertes sentimientos hacia su ahora esposo y asimismo lo hacía él. Sin embargo, no pudo dormir muy bien por la preocupación continua.

Los GenovessiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora