Capítulo 9

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A la mañana siguiente, en la casa de la familia, todos, incluidos los Rossi, estaban reunidos en la mesa desayunando cuando Dario sintió un intenso malestar que no le permitía comer.

Suocero, ¿ocurre algo? – preguntó Davide-

Siento un gran dolor acá – respondió señalando su pecho-

Llamaré al doctor – intervino Giovanni-

Mientras tanto, en París, ambos estaban recién levantándose y en ese instante Francesca tuvo un presentimiento. Así que, sin dudar, llamó a su madre y efectivamente estaba sucediendo lo que ella estaba pensando. Al colgar, se puso triste.

Dante – dijo ella con voz quebrada-

¿Qué ocurre, amore? – preguntó él-

A mi padre le acaban de diagnosticar una arritmia severa – respondió ella llorando-

Él se puso la mano en la frente, tomó aire y sencillamente la abrazó. Ese día, con pena, prepararon todo para volver a Italia tras cancelar las reservas para así instalarse en su piso de la casa y hacer una visita a la del padre de Francesca. Esa mañana de vuelta en Italia, les comentaron a los Galli lo que estaba sucediendo para que, con más tranquilidad, sus padres puedan hacerles una visita luego. Y así es como transcurrió la tarde en la residencia de la familia. En la noche, todo estaba normal hasta que escucharon un quejido de Gianella.

Ya me vino una contracción – dijo ella nerviosa-

¡El parto puede adelantarse! – exclamó Davide-

Cálmense todos, buscaré un poco de ropa extra que me quedó del pequeño Giancarlo – dijo Valentina-, sabía que en cualquier momento ocurriría una situación como esta.

Ya, esperemos a que las contracciones sean frecuentes, mientras respira hondo, cara – dijo Johanna-

We understand if you will not make it to London – le dijo John a Claudia en voz baja-

Thanks – dijo Claudia-

Después cuando Gianella quería algo para beber se paró con ayuda de Davide y camino a la cocina rompió fuente.

¡Se viene! ¡Duele mucho! - se quejó del dolor-

Tranquilla, cara respira – dijo su esposo-

En ese momento todos se organizaron rápidamente, acordaron que Dante, John y Sophie se quedarían con Dario que estaba reposando en la habitación.

El camino al hospital fue rápido, para su buena suerte, ya que el dolor que sentía Gianella era indescriptible. Al llegar, realizaron todo el protocolo y ahí estaban los dos. En el momento de la revisión, la obstetra le dijo que ya podía empezar a pujar porque el bebé ya estaba preparado, así que, ella apretó la mano a su esposo y gritó de dolor, no fue un parto tranquilo ya que estaba adolorida durante este, tanto que cuando ya nació el bebé, se descompensó, pero no fue algo grave, solo del cansancio. Al final, Gianella había traído al mundo a un niño un poco pasado de peso, pero sano. Media hora después de recuperarse, Gianella vio a su hijo recién nacido en una pequeña camilla vestido y al verla ya despierta, Davide se acercó.

Estás bien, ¿verdad? – preguntó él-

Ella asintió.

Es hermoso, pero un poco cachetón – dijo ella aún cansada-

Le dio un beso en la frente.

Diles que ya pueden entrar – dijo ella-

En ese momento, el ya padre llamó a la familia de a pocos para que lo vean.

Los GenovessiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora