Capitulo 4

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¿Alguna vez te has enamorado? En realidad nunca he referido a ponerte colorado cuando la chica que te gusta pasa por tu lado. Me refiero a ese otro amor, al verdadero. Al amor del que se habla en las películas, en los libros en las canciones. Por el que se arriesga como en Romeo y Julieta o como el de los abuelos a los que después de toda una vida juntos, aún se les ilumina la mirada al verse el uno al otro. Amores de los que te cambian, de los que dejan huella....

Yo no. Yo ni siquiera habia pasado de una sonrisa nerviosa y una mirada coqueta con alguna compañera. No tenía ni idea de cómo era sentir eso de lo que hablaban. Las famosas mariposas, el corazón hinchado o el temblor de las rodillas.... ¿Era así en la realidad? ¿Surgía así de repente? ¿Duele? He oido que muchísimas veces duele y que cuando te rompen el corazón sientes que te desgarras por dentro, desesperado.... Pero.... ¿Cómo sabe alguien que lo está? ¿Hay diferentes fases? ¿Diferentes tipos?

En realidad, toda esa retahíla de preguntas podía resumirla en una sola, ¿Qué diablos es el amor? ¿Y qué hace que sea verdadero?

Hacia por lo menos tres horas que me había despertado. La historia de mi yo del futuro cosquilleaba por mi cuerpo, bajo mi piel. Había revuelto algo dentro de mi que ni siquiera sabía que existía y ahora no podía pensar en otra cosa. No, no sabia que era el amor y, en realidad, esa era la clave de todo. ¿Cómo iba a vivir sobre algo que no sabía?

Me senté en la cama y miré a mi alrededor. Eso no iba a ser mi misión. Mi misión ahora era averiguar cómo volver a nuestro hogar

Me puse de pie decidido.

A fin de cuentas, la casa era sumamente grande como para perderse. Y sin embargo, todo se encontraba en perfecto estado. Todo limpio, ordenado, pulcro..... Lo único ageno aquí era yo.

Abriendo la puerta, me encontré con sus ojos oscuros y el cabello levemente brillante y sedoso como siempre le caía como cascada por sus delicados hombros descubiertos. A decir verdad, su vestimenta de ahora parecía ser cómoda. Nada más los tirantes de la camisa que a penas se notaban, hacían revelar la piel cremosa y blanca y.... Bella....

Caí en cuenta que estaba mirando más de lo que debía. Y solamente me regañé.

"Aparta la mirada, idiota".

No sabía que la primera persona que me encontraría sería ella.

Pero de repente escuchamos el llanto de una bebé. Y no me atreví a mirarla. No podía ser cierto

—¡Boruto!—escuche a la otra Sarada que estaba en la cocina—Hikari despertó

Sarada se habia esfumado cuando quise echarle un vistazo. Además se que nos sentíamos incómodos y no la culpo. Era el futuro de nosotros

Quería averiguar más. Quería salir de esta casa. Pasar semanas aqui dentro me podría enfermar. Yo no era ese tipo de persona que se queda holgazañeando en casa.

Disipé los pensamientos cuando mi yo del futuro apareció con una niña en brazos, parecía dormida. Y algo dentro de mi se estremeció al ver la escena.

Él me miró y yo a él. Tragué saliva, sin éxito.

—lo que sea que estés pensando..... Por favor, no lo hagas

Fruncí el ceño y lo mire desconcertado mientras se dirigía escaleras abajo

¿Cómo supo que yo....? ¿Acaso lee mentes?

Para cuándo estuve en la cocina, viendo la manera en que se llevaban, nuevamente me pregunté ¿por qué nosotros ?.

La mayoría de las noticias las esperaba, de modo que tenía cuidado de evitarlas y, así, no hacer peligrar la enorme mentira  que me esforzaba por seguir creyendo. Esto, en cambio, no lo habia previsto

el viaje inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora