Prólogo

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Fracaso

Esa era una palabra hacia la que los humanos sentían rechazo, era natural, aceptar su significado seria admitir que fallaron, para la mayoría de las personas una derrota no era más que un bache en el camino idílico que planificaron desde cero.

Pero hubo un pequeño grupo, uno que tal vez estaba más allá de la disciplina o el sentido común, aquellos que eran capaces de ver un panorama completamente nuevo, o quizás simplemente fueran unos idiotas tercos que no conocían la palabra rendirse, para ellos la derrota no era un obstáculo sino un débil intento de prueba que intentaba enseñarles una lección importante.

Una oportunidad de aprendizaje en pocas palabras.

Si esa enseñanza sería buena o mala era más que nada a criterio de aquel que la recibiera, algunos incluso dicen que es una especie de obra del destino, pero eso ya es sobre las creencias de cada uno, aunque en este caso en particular la respuesta de la causa es bastante clara.

La ingenuidad nacida de un corazón noble.

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La ciudad era un lugar increíble, eso era algo que todos sabían, no hacía falta mencionar la calidad de las calles o lo cómodo de sus hogares tan solo con el hecho de estar protegidos de las bestias de pesadilla que asechaban las afueras del reino era más que suficiente, después de todo la supervivencia siempre fue la prioridad número uno de los seres vivos.

Dentro de las murallas todo era mucho más tranquilo, pocas veces se podían oír noticias de problemas más allá de pequeñas incursiones de Grimm que rápidamente eran tratadas por sus valientes protectores.

Los Cazadores.

Héroes de la vida real que no necesitaban vestir una capa para demostrar su valía, la guerra que estos feroces guerreros libraban en contra de las calamidades que habitaban en la roca de pesadilla que ellos llamaban mundo era algo de conocimiento común, talvez por eso era una profesión tan popular.

Esto llevo a la fundación de las grandes academias para jóvenes cazadores, para muchos era gracias a ellas que en la actualidad los principales reinos de remnant gozaban de una calidad de vida tan superior a cualquier pequeño asentamiento que se levantara fuera de estos.

Así que en resumen la vida dentro de la gran ciudad era casi como un cuento de hadas traído a la realidad, lo que la gente no entendía es que para que algo fuera considerado bueno tenia que haber algo malo con lo cual compararlo.

La lógica era una perra bastante cínica.

"¡Atrápenlo!" Una voz atronadora interrumpió su reflexión obligándolo a volver a la realidad de manera cortante.

El sonido de las pisadas chocando contra el asfalto intoxicaba por completo el ambiente, el viento se filtraba por sus poros mientras buscaba desesperado un lugar que pudiera mantenerlo a salvo de los problemas que no busco en primer lugar.

"¡Ven aquí cachorrito solo queremos ser tus amigos!" Alguien grito desde la otra calle avisándole de la posición de uno de sus perseguidores "¡Se fue por ahí!" Intento ignorar la declaración que advertía su inminente caída.

En un rápido movimiento dio media vuelta y corrió a toda prisa hacia la dirección opuesta de su recorrido anterior, en el camino tuvo que apartar a un par de transeúntes que solo pasaban por ahí, sin tiempo que perder se obligo a llegar hasta un callejón que parecía ser lo suficientemente grande como para mantenerlo oculto.

Jaune Arc: The Hunst-manDonde viven las historias. Descúbrelo ahora