La segunda planta resplandecía con el sol entrando por los ventanales y reflectando en los pequeños prismas de luz colgados estratégicamente. Era una maravilla. La vista desde la habitación principal con grandes ventanales daba hacia el mar que relucía con el reflejo del sol y su movimiento natural. Todos los destellos que entraban en la habitación le daban un toque fantasioso, casi irreal, sino fuera por los marcos blancos desteñidos de los ventanales y el polvo que se acumulaba sobre los muebles. Decidí abrir los ventanales, dejar que corriera el viento y poder descansar de ese olor a encierro que me ahogaba en la habitación, abrí los ventanales y sentí a Harry, cerré los ojos y suspire.Me era tan fácil olvidar su existencia en un segundo, como si fuese una ilusión, como si al tocarlo ya no existiera más. Pero ahí estaba, como un maldito Poltergeist. Me di la vuelta con los ojos cerrados, dispuesta a pelar y buscar roña, pero cuando abrí los ojos solo ví lo dorado que resplandecía su piel con los prismas y el reflejo que entraba por las ventanas, y me costó respirar, me costó enfocarme en respirar y dejar de ver lo brillante que se veía su piel y el castaño de su cabello ondulado desordenado, sentí que me quemo la garganta cuando vi su sonrisa burlona. Era el maldito Edward Cullen cuando brillaba, maldito Harry Evan y su maldita piel dorada. me aclaré la garganta, no me pregunten cuantas veces lo hice por que no tengo ni la más mínima idea.
- Esta será mi habitación. – declaré, no pregunte ni deje espacio para la duda.
- Qué bueno que estes dispuesta a compartir Maggie. – sonrió de lado mientras dejaba su bolso a un costado de la cama. Mi mandíbula cayo al piso. - porque es la única habitación con cama en esta casa. – y mi mandíbula cayo a la primera planta, como en los dibujos animados.
- No, no, no. - volví a negar por decima vez seguida desde que Harry menciono que era la UNICA habitación con CAMAS en una casa de TRES (si, lean bien) TRES, t r e s habitaciones, era imposible. Sali de MI habitación a paso rápido, y decidida a revisar las otras dos. Y efectivamente, una estaba llena de muebles tapados, y la otra tenía colchones rotos...en los que claramente podía dormir Evan.
- Mira – señale- si apilamos estos dos colcho...
- Olvídalo
- Déjame terminar
- ¿quieres que duerma entre dos colchones rotos?
- Si los juntamos por sus lados buenos, puede servir como una cama...Montessori, Harry. Es toda una experiencia italiana.
- Si claro, Maggie empapándome de la cultura italiana. – me miro con mala cara, y volví a mirar el colchón, a uno se le salían los resortes desde el lado izquierdo y estaba lleno de piquetes y manchas. Al otro se le salían los resortes desde el costado derecho inferior. Podía ser completamente útil, aunque estuviese hundido casi en la totalidad. Tenía razón, nadie dormiría ahí. Era casi inhumano...
- Siempre puedes irte a otro lugar Harry, no tengas problema. – le sonreí mientras le daba la espalda y dejaba la última habitación.
Ninguna de las otras dos habitaciones se comparaba con la primera. Si bien tenían balcones pequeños y vistas hacia el patio trasero, ninguna tenía la vista privilegiada hacia el océano que tenia la principal. Mientras sacudía el polvo e intentaba ordenar la que sería mi habitación, pensaba en como lo haríamos con Harry para poder sobrevivir en la misma casa y en la misma habitación. Sentía como cantaba en la planta baja melodías que no podía reconocer y se mezclaban con el ruido del océano y de la ciudad, lo hacía con tanta comodidad que me incomodaba, no lo quería acá, no lo quería cerca pero aun así no lograba alejarlo más de lo que ya estábamos. Aunque no era mucho si estábamos en Italia juntos. Eso quería decir que hice mi trabajo de mantenerme alejada de Harry Evan de pésima manera, sólo tenía una misión y aquí estaba yo,nuevamente,a horas de volver a compartir cama con el por segunda noche consecutiva, sólo por no saber como alejarlo y ser firme.
Aunque si lo pensábamos, estábamos lejos. Emocional y psicológicamente hablando, lo físico no significaba nada si entre nosotros no había ningún tipo de comunicación efectiva.
Harry y yo estábamos a pueblos y pueblos de distancia emocional y a kilómetros y kilómetros de distancia de volver a tener una confianza como fue en su momento.
Teníamos historia, corta, pero historia de todas maneras, y yo solo me encargaba de hacerlo más y más incomodo recordando todo lo que habíamos compartido de manera habitual. Los desayunos, las cenas por la tarde, o quizás las caminatas por la tarde cuando nos tomábamos de la mano y parecíamos una genuina pareja AUN SABIENDO lo que habíamos conversado y acordado. Que lo nuestro solo era una situación sexual. Error mío si hacemos mea culpa, pero también culpa suya por no frenar cuando debimos. Y no tener los cojones de decir adiós.
No debimos compartir lo cotidiano de una cena o un paseo por el parque entregándonos romanticismo, quizás no debimos acariciarnos después del sexo, quizás no debí sonreírle mientras dormía, y probablemente, nunca, de los jamases debí tomarle un cariño poco más que amistoso. Mala idea mía, quizás deba escribir el manual de cómo no enamorarse.
Suspire frustrada y deje de divagar cuando el penúltimo cajón no lograba abrir completamente, era casi lo único que me faltaba por sacar de polvo y desmugrar para dejar una habitación decente y el trasto inútil se atasca, yo sé que no hay que confiar en estas antigüedades por qué...te pueden entregar la bendición de darte un colchón inflable cuando más lo necesites. La caja chocaba con el cajón de encima, lo saqué y vi mi salvación. Era un colchón inflable para una persona, de esos que se usan para el camping. Casi salte de la emoción y retuve las risas tontas, sólo esperaba que no tuviera pinchazos.
Quiero pedir perdón por desaparecer tanto tiempo,prometo actualizar más seguido,salí de mi bloqueo jiji,muchas gracias por agregarlo a sus bibliotecas y listas de lectura y por votar <3! de verdad estoy mil veces agradecida
XOXO,TPWK!
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• Camino a casa • H.S
Teen FictionCuando Maggie Wade decide iniciar contacto con su familia paterna cinco años después de la muerte de su padre, espera que sea una experiencia enriquecedora. La búsqueda de su familia, despierta su curiosidad. Maggie anhela descubrir más sobre sus r...