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Despues de lograr inflar el colchon,y encontrar las llaves del agua potable de la casa por que teníamos las manos asquerosas en polvo (es más,Harry la tenia negras. )El sol ya se estaba poniendo,el cielo tenia un tinte naranjo y el viento que corría era más que cálido. Esperaba que volviéramos antes que la temperatura bajara.

Harry cerro la puerta de la casa,y guardo las llaves en el bolsillo de su buzo. Meti las manos en los bolsillos de mi enterito,sentí mi celular y documentos,asegurándome de no olvidar nada.

Cuando cerro la reja de madera,que sinceramente no sé de que servia por que era pequeña e indeble. Y cuando me refiero pequeña,era muy pequeña. Mi cadera era más alta que la reja y si la tocabas se movía casi en todo su largo,pero bueno.

Caminamos hacia la planicie de la calle y cruzamos una de las principales calles del pueblo para ir por la costanera. Era agosto por la tarde,por lo que si,los principales cafés y restobars del pueblo estaban con gente. Algunas personas caminaban por donde íbamos nosotros, y otros simplemente seguían sentados en la arena disfrutando del atardecer.

A veces me olvidaba lo fácil que era estar con él. Lo cómodo que se sentía solo...estar. Estar en silencio, caminar en silencio o simplemente que estuviese cerca. Pero como era así de fácil estar con él, era completamente difícil dejarlo ir, bueno, esa única vez. Por qué ahora yo ya estaba curada de espanto con Harry Evan, Osea que estuviera acá era solamente por insistencia de mi familia y por que claramente me ayudaría con todos los temas legales y culturales que tenían que ver con Lewis y su embrollo de dos familias.  Mientras estuviera aquí iba a disfrutar del paisaje, de la comida y de estar en un lugar que jamás había conocido. Y aunque sintiera que tenía esta conversación conmigo por lo menos dos veces diarias desde que emprendimos el viaje intentaría soltar.

Mientras me comía la cabeza con las manos en los bolsillos y Harry miraba el mar, pasamos por fuera de un local costero que tenía luces cálidas colgando en los bordes y con un estilo rustico de madera, con mesas de madera clara maciza. Tenia grandes ventanales y una terraza de segundo que daba justo hacia las rocas donde rompían las olas, dando una sensación de cercanía completa. Tenia un gran letrero de tiza escrito a mano en donde se ofrecían

"Pizzas, limonadas & jugos naturales. Lo mejor de castel volturno" y un castillo dibujado en un atardecer playero. "Clásico & Refrescante". "Chalet de Fabre" pintaba tallado en un cartel de madera.

- Pasemos aquí. – lo miré y asentí. Se veía muy lindo desde fuera y realmente si quería entrar.

Por dentro tenía diversas plantas verdes, barriles de madera y una barra hacia la izquierda, seguido de una escalera en forma de espiral para ir a la terraza.

Nos atendió una chica rubia, con sonrisa amable y nos ofreció la terraza, por lo que Harry la tomo y yo solo asentí. La segunda planta tenia la mitad techada y el resto abierto. Tomamos una mesa hacia el costado que no tenía techo ni ventanas, cercano al mar. Sonaba fuerte, y se mezclaba con el Jazz ambiental del local.

Tomamos asiento en una mesa para dos, iguales a las de la primera planta y nos prendieron una vela en el centro de la mesa. Tenia pilares de madera a los costados decorados con cuerda y luces cálidas redondas como las que estaban esparcidas por todos lados. Un ancla decoraba la estancia en una de las murallas. Muy costero.

- Te pintas muy playera Maggie. – dijo Harry sonriéndome medio burlón. Lo miré con duda y me detuve en sus facciones, en cómo le pegaba el sol que quedaba y en como reflejaban las luces del local en su cara. Su pelo ruloso corto y despeinado, su actitud relajada y el hoyuelo izquierdo de su sonrisa. Sus manos en el mentón apoyado sobre la mesa.

- ¿Por qué me lo dices? - no pensaba que su belleza me intimidara, menos después de conocerlo casi como la palma de mi mano.

- Tu vestido de florcitas combina con todo.

• Camino a casa • H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora