Sin un corazón

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Y en ese momento todo a su alrededor se volvió oscuro, sumiéndose en la propia noche...

Dos niños vestidos al unísono con prendas de una tonalidad completamente negra, portando espadas en sus espaldas y ocultando sus rostros tras misteriosas máscaras, se desplazaban sobre los tejados de las grandes y armoniosas casas de la aldea

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Dos niños vestidos al unísono con prendas de una tonalidad completamente negra, portando espadas en sus espaldas y ocultando sus rostros tras misteriosas máscaras, se desplazaban sobre los tejados de las grandes y armoniosas casas de la aldea. Vociferaban y discutían sobre una tarea que uno de ellos debía cumplir.

—Entonces, ¿realmente esto es tan crucial? —cuestionó el menor de los dos con escepticismo, mientras esquivaba ágilmente algunos postes de luz en su camino—. Pero, sinceramente, no entiendo, ¿es tan importante cuidar a ese niño?

—Claro que lo es, ¿acaso no sabes que él es el arma más poderosa de toda esta nación? —respondió el niño más alto, con una mirada llena de indiferencia e incredulidad—. "El Zorro de las Nueve Colas". ¿Quién sabe que planes tenga el jefe para él? Pero por ahora, solo cumpliremos con lo que se nos ha encomendado, mantener alejadas a todas las personas que intenten involucrarse con él.

El niño menor, aparentemente despreocupado por lo que su compañero mencionaba, respondió indiferente:

—La verdad es que no me importa quién sea. Pero si voy a ayudarte con esta carga, al menos ten la amabilidad de decirme su nombre. Igualmente, sabes que tendrás que compensarme por mi ayuda —sonrió falsamente detrás de su máscara—. Por cierto, ¿qué pasó con el tipo de los insectos de manos moradas? ¿No solían ir a todos lados juntos?

El mayor de los dos hizo una mueca de disgusto y contuvo las ganas de golpearlo directamente en el rostro.

—Hoy despertaste con muchas ganas de hacer preguntas, ¿no es así...? ¿Tienes algún nombre? —preguntó sugestivamente, mientras vigila todo el exterior.

—No, no tengo uno en particular, de hecho suelen asignarme uno diferente en cada misión. Así que puedes llamarme como quieras —le respondió una vez más, sonriendo fingidamente.

—Bueno, da igual —espetó el niño mayor, mientras continuaban su travesía. Esta vez, dejaron los tejados y empezaron a correr por las calles de la zona oeste, acercándose a su objetivo.

—"Naruto Uzumaki". Ese el nombre del mocoso —prosiguió el niño mayor, sin obtener respuesta de su compañero, mientras señalaba un lugar muy peculiar—. Mira, ¿ves ese pequeño departamento en lo alto?

Su compañero asintió.

—Ese es su hogar, vamos —susurró escondiéndose detrás de un gran contenedor de basura. Solo les quedaba esperar a que Naruto saliera de su hogar para comenzar con su misión.

Pasaron una eternidad de espera y aburrimiento, con constantes amenazas del menor de los niños, asegurando que si no pasaba algo interesante, se marcharía y que ya no le importaba la paga. Eso puso al mayor en aprietos.
Pero cuando este último estuvo a punto de ofrecerle algo más a cambio, finalmente vieron y escucharon movimiento en la puerta del hogar de Naruto, indicando su salida.

𝙸𝚏 𝚈𝚘𝚞 𝙺𝚗𝚎𝚠 (𝙽𝚊𝚛𝚞𝙸𝚗𝚘)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora