"¿Sabes lo que verdaderamente buscaba?
Qué me notes, así como solías hacerlo...
¿Lo recuerdas?
Justo antes de que todo esto pasara, antes de que nuestros caminos se hundiesen en lo más profundo de un pozo, encerrados y apartados del exterior...
Sol...
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¿Las plegarias del corazón son necesarias?
¿Qué es lo que piensas cuando percibes que algo que no debía pasar, terminó sucediendo por tu culpa? Sabiendo que tu propio ego, orgullo e inmadurez fueron los que alimentaron e impulsaron tus acciones. ¿Cómo te sentirías o reaccionarías ante tal situación?
Las noches se acoplaban perfectamente para hacerle compañía a cada una de sus dudas. El techo oscuro de su habitación apagada le susurraba el mismo consejo una vez más: "No pienses en ello, solo debes dejarlo ir".
Pero Ino, continuamente, recaía en su retorno al momento exacto después de aquel fugaz e impredecible beso. Inspeccionaba todo lo que había experimentado en busca de respuestas. Estaba claro que el enojo y la decepción fueron parte, es más, ni hacía falta explicar el porqué. Sin embargo, que había con esa extraña sensación en su pecho; aquella especie de melancolía que aún no lograba descifrar por completo. Actuaba como un débil fragmento de su niñez que aún luchaba por sobrevivir.
Sin medir cuentas, dicha sensación continuó durante las dos semanas posteriores, recalcándole continuamente que todo había sido un grave error, y que nunca debió haber actuado sin pensar.
Inclusive, le ocasionó frustración en una de las sesiones de entrenamiento con Asuma Sarutobi; el sensei asignado para su equipo.
La joven rubia había estado tratando de atinarle un golpe, pero fue incapáz de lograrlo. Sumado a la poca colaboración por parte de Shikamaru y Choji, quienes ignoraban las órdenes que ella les gritaba fuertemente. Entonces, no lo soportó más y se rindió cuando el tiempo límite fue excedido. Y con indiferencia, rápidamente se levantó del césped, pasando a abandonar el campo de entrenamiento mucho antes de que la hora del refrigerio comenzara.
—Si no le dices a nadie lo que te sucede, vas a explotar —Shikamaru dijo, antes de que se fuera.
—Sabes, mejor no digas nada, ¿sí? —espetó Ino —. ¿Qué ya no fue suficiente la última vez? —ella sabía que él había sido el principal detonante de su enojo de hace días, y que gracias a eso terminó haciendo una tontería. Pero en parte reconocía que ella también tenía la culpa, aunque jamás lo aceptaría, al menos no en frente de él.
—¡Nunca entenderé a las mujeres!
—¡Obvio! —recalcó, yéndose definitivamente.
Y ahora, acostada en su cama, con el reloj marcando las once con once minutos de la noche, la placidez del silencio predominaba junto a la soledad de su habitación, pero no significó que ella sintiera paz. Pues su corazón, lleno de nostalgia le decía que debía hablar con Naruto, pero su mente e intuición le advertían que no lo hiciera, que no era para tanto, además ¿Qué pasaría si se lo decía? ¿Y si él expandía esa noticia a todo el mundo? Definitivamente todo se agravaría. Aun así, no quería que su reputación se vea arruinada. No solo eso, que pensarían sus "amigas"; por otro lado Sakura y sobre todo Sasuke.
