* UNO *

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- Joder Minho, por favor ya deja de morder a cada chico lindo que veas por los callejones - espeto el chico de cabellos largos y dorados

- Cállate Hyunjin, nadie va a rebasar mi número en mordidas - atacó Minho

Minho era reconocido por ser el vampiro que más a mordido a chicos que seducía pero no por verlos lindos, si no por su sed por sangre que lo acorralaba a hacerlo. La familia Lee a veces se veía en la obligación de encerrarlo ya que los jefes o como ellos los llamaban "Los Olds" se enojaban, Minho no podía ir por ahí mordiendo a cualquiera, todos tenían límites y reglas.

Una de ella que es la más importante y la que debe ser respetada: Está estrictamente prohibido relacionarse sentimentalmente con un humano, al menos hasta que sea vampiro.

Si esa regla no se cumplía, tanto el vampiro como el humano debían ser asesinados, no iban a arriesgarse a que su secreto fuera revelado.

Claro que acudían a la universidad, pero solo en climas fríos, en verano el sol les quemaba la piel y brillaban tanto que podía dejar ciego a más de uno.
Por lo que en esas fechas, viajaban a otros estados mientras el clima cambiaba.

- A ver Minho, por una milésima y maldita vez, entiende que en este callejón es peligroso - miro a sus lados - pueden verte - susurro cerca de su hermano para no ser escuchado

- Está bien, está bien - Minho relajo sus hombros y miro al chico retorcerse en el suelo por el efecto del veneno en la mordida el pelimorado - míralo, ya empieza a hacerle efecto - sonrió orgulloso

- Si que estás mal Lee Minho - Hyunjin cruzo sus brazos y rodo los ojos, dandole la espalda completamente

- Ya ya, ¿Vas a molestarte, Lee Hyunjin? - Minho se posó a su lado e hizo un leve puchero, que en su hermano lo único que provocó fue asco

- Vete a la mierda Minho - Hyunjin comenzó a caminar dando la espalda, dejando a su hermano y a su víctima - ¡Y tráete al chico a la camioneta, debemos llevarlo a casa!

Sin más que esperar, Minho cargo al chico de cabello castaño y lo llevo hasta el vehículo.

La casa de los Lee estaba retirada de la ciudad, en el bosque, dónde el clima era más que perfecto para ellos y la cacería con los animales también.

Claro que cazaban animales, pero también deseaban la sangre humana.

Al llegar Minho cargaba al chico en su espalda mientras que su hermano brincaba hasta llegar al segundo piso, dando entrada a su cuarto.

- No me molestes y arregla eso con mamá - dijo Hyunjin para luego desaparecer de la vista de Minho

- ¿Hyunjin ya subió? - hablo su madre abriendo la puerta principal - ¿OTRO MÁS LEE MINHO? - grito al ver cómo su hijo que en su rostro llevaba una gran sonrisa, tal cual un niño inocente, llevaba en sus brazos a un jóven

- Te prometo que Hyunjin trato de quitarmelo madre

- Hablaremos eso después - Le dió paso a su hijo para junto con el jóven entraran - Llévalo a tu cuarto, ya sabes que hacer

Y si, Minho tenía una rutina, morder al chico, llevarlo a casa, curarlo y esperas a que reaccionara, contarle todo y cada una de las reglas que había en su mundo y más una regla que el se inventó: 'Esta completamente prohibido enamorarse de algún mortal'.

Así lo hizo con Félix, Chris, Changbin, Yeonjun, Kai, Jisoo, y seguiría con la lista pero son demasiado.

Félix y Changbin llevaban una relación de tres siglos, siendo Félix el más grande, pero desde que Minho los convirtió sus edades quedaron para siempre en 24 años Félix y 23 años Changbin.

Jisoo y Kai también mantenían una relación amor-odio, se gustaban pero ninguno se confesaba.

Sus rostros no cambiaban ni envejecían, tampoco eran pálidos como los de crepúsculo y tampoco brillaban como un diamante en el sol.

• Sabor Metal • (Minsung¹)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora