Ese día pareció tardar más de lo que en verdad paso, su mañana fue muy complicada respecto a su trabajo ya que fueron los días con más clientela y recuerda como más de una vez acabo de rodillas al suelo por culpa de gente que chocaba con él o por algunos adolescentes alimentados por el sufrimiento, tales como demonios, le habían puesto el pie en el camino para que tropezara y que terminaran regañado por ser su torpeza, Jungkook sólo podía asentir a cada regaño dándole la razón, no discutiría si eso mantenía su trabajo estable.
Pero eso ahora no era lo importante, sino el pelimorado parado frente a la gran entrada de aquel gimnasio, estaba decidido, cuando cruzará por esa puerta ya no habría marcha atrás, odiaba tanto el ejercicio pero necesitaba esto.
Los nervios se estaban dominando de su cuerpo, haciéndolo sentir inquieto y sudoroso, algo en verdad muy incómodo si se lo preguntan, solo por el pensamiento de que tal vez no debería estar ahí, no encajaba con todos esos tipos y mujeres con una vida tan activa en el deporte, músculos tonificados y cuerpos de ensueño, algo tan envidiable porque igual él lo quería, suspiro con pesar viendo las hojas entre sus manos, por un momento lo dudo pero si lo pensaba bien, que tenía que perder? aparte de dinero, claro está, quería mejorar su físico, no solo por las miradas desagradables que siempre recibía, las palabras, los gestos, las burlas e incluso de su propia familia, estaba cansado y no creía poder soportarlo más, quería mejorar, no solo por ellos, sino que por el mismo, quería poder mirarse al espejo sin tener que aguantar las lágrimas o querer arrancarse la piel a arañazos.
Por ello decidido lo terminó de firmar para ponerse de pie y entregarlo con seguridad, sintiéndose cómodo con el joven que le sonrió de forma radiante, provocando que sus mejillas tomaran un tierno tono rosado al apartar la mirada.
- entonces desea solicitar el servicio de uno de nuestros instructores? - cuestionó el con una dulce y animada voz, el pelimorado asintió jugando con sus dedos cubiertos por su buzo con clara timidez haciéndole sonreír - en ese caso, deberá espera unos minutos hasta que alguno de nuestro instructores este disponible para atenderle - informó llevando su vista a su computadora a un lado de él pero al no recibir respuesta volteo a verlo de vuelta.
- s-si, yo...esperaré - asintió haciéndose a un lado para no interrumpir en su trabajo, dedicándose a examinar un poco el lugar.
Era como cualquier gimnasio al que entraras aunque se podía notar desde lejos lo caras que eran las máquinas, el gran número de estas y el que tuvieran varios programas de diferentes deportes lo hacía un gimnasio excepcional, equipado con todo el material esencial y mucho más, era por mucho el mejor que residía en Seúl, cuando sus ojos dejaron de recorrer el lugar, recayeron sobre un hombre alto de piel morena, cabellos oscuros casi al ras de cortos, dos líneas delgadas al costado con estilo de los raperos, portaba una camiseta deportiva de mangas cortas adherida a su torso bien tonificado de grandes pectorales, este hombre llegó a su lado mirando de forma distraída las carpetas y en las mismas que estaba la suya, por un momento deseó que el lo entrenará ya que parecía saber mucho sobre el tema, no era por el hecho de que fuera un hombre muy robusto que fácilmente podría levantarlo con un brazo.
Y tanto que se le quedó viendo, a su torso como también piernas a aquel atractivo hombre, este sintió su pesada mirada sobre su persona por lo que volteo a verle, dándole una sonrisa ladeada con hoyuelos, eso lo hizo incluso más atractivo, le dio una sonrisa de labios sellados a la vez que hacia una reverencia en disculpa y apartaba la mirada avergonzado.
- vienés a asesorarte? - su voz le sorprendió dejándolo por algunos segundos en silencio, asintió cuando la sorpresa paso - te sugiero a Kim, es de los mejores, solo ve esto - comentó con galaneria, forzando a sus músculos de los bíceps marcarse al hacer fuerza y Jungkook se sorprendió un poco pero le sonrió con vergüenza.
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𝗨𝗻 𝗔𝗺𝗼𝗿 ѵօlմოíղօsօ ᰔᩚ
RandomJungkook odia su cuerpo por no entrar en el estereotipo de hombre 𝙋𝙚𝙧𝙛𝙚𝙘𝙩𝙤. Lo que la sociedad denominaba correcto. Por ello decide meterse a un gimnasio para ponerse en forma y deshacerse de las desagradables miradas que caían sobre él cad...