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La primer semana de entrenamiento fue difícil, no va a mentir, muchas veces quiso rendirse aunque logró encontrar la voluntad para continuar, claramente aún era muy pronto para notar un cambio en su físico pero podía admitir que se sentía ligeramente mejor, se sentía más energético, no tan pesado y podía decir que sus músculos parecían ganar fuerza poco a poco, aquello era positivo siendo que apenas era una semana o tal vez en verdad nada cambio aunque así parecía sentirse.

Aún así sea lo que sea, era bueno, de eso no tenía dudas.

Durante toda esta semana, además de entrenar, pudo conocer más de Min Yoongi, el hyung con el que de ahora en adelante pasarán los recesos juntos, en la azotea claro está, le contó que tenía un cachorro llamado Holly al cual le gustaba sacar a pasear para después dormir juntos lo que restaba del día, jungkook amaba los perros así que estuvo viendo todas sus fotos al vez que hacía soniditos tiernos cada que pasaba a una nueva, también descubrió que ninguno era bueno socializando puesto que a veces se quedaban sin conversación estando ellos solos y por momentos se volvía algo raro pero terminaron concordando que ese silencio podría volverse cómodo con el tiempo, no tenían porque siempre hablar de algo.

Por igual descubrió un pasatiempo en común con los videojuegos, de los cuales el pelimorado tenía muchos por lo cual ofreció algún día invitarlo a su casa a jugar alguno, sacando un poco de su lado competitivo al decirle que lo derrotaría en cualquier juego.

Y tal vez la semana venía demasiado bien, muy tranquila siendo que su vida desde tiene conciencia es complicada, por ello no se sorprendió cuando estando en sus horas de trabajo vio a lo lejos a esas dos chicas que el primer día lo habían interceptado, al principió se había escondido tras el mostrador queriendo evitar ser visto, no quería que ellas supieran que ahí trabajaba y hacer la vida aún más imposible. Pero como siempre nada salía bien en su desastrosa vida, el gerente le regaño por no ir a atenderlas y no tuvo de otra más que caminar con temor hacia ellas, ambas chicas que conversaban animadamente, soltando risas algo altas, le prestaron atención al llegar a su mesa y pudo notar como sus miradas cambiaban a una más oscuras, se voltearon hacia él prestándole atención a sus movimientos, jungkook solo apretó sus labios bajando la mirada, intimidado por las femeninas que se lanzaron sonrisas cómplices.

-Así que aquí trabajas...- comentó una de ellas, el pelimorado se removió incómodo en su sitió y tan sólo espero en silencio mientras le veían de pies a cabeza sin disimulo alguno - aún no te acusaron de comerte todos los postres? Seguro entras a la cocina y te comes todas las sobras como una ratita o no? - cuestionó con burla, pareciendo querer esconder su risa aunque no era su intención, jungkook claramente nervioso las miro a ambas que rieron aparentemente divertidas.

-Q-que desean pedir? - preguntó sacando valentía de no sabía donde, aún así no las miro directamente y mantuvo su vista sobre su pequeña libreta para anotar los pedidos.

-Estas ignorándome? A mi?! - la pelinegra alzó las cejas luciendo molesta, Jungkook le ignoró otra vez sin decir nada y manteniendo su mirada baja pero cuando ella azotó la mesa para llamar su atención lo hizo asustarse, sus hombros se agitaron al mismo tiempo que dio un paso atrás.

-Ya no lo molestes al pobre, míralo, si sigues así en cualquier momento se hará encima - habló la rubia ahora, sonriendo de lado con burla ante la reacción del contrario, la contraria soltó una risa nasal asintiendo.

-Entonces tráenos unos milkshake de chocolate y una porción de red velvet - ordenó ojeando sin mucho interés el menú, el mismo que le entregó a Jungkook luego pero antes de que pudiera tomarlo lo soltó con una sonrisa de labios sellados viéndole recogerlo del suelo.

-Vamos! Deprisa gordito! - esta vez fue la rubia quien dijo y golpeaba sus palmas entre sí para alentarlo a apresurarse.

Jungkook no es por hacerles caso pero si huyó lo más rápido que pudo de ellas, tragándose el nudo que cerraba su garganta y pestañeando repetidas veces para despejar las lágrimas que querían caer de sus ojos, dejó el pedido y se apresuró a ir a un sitió menos transcurrido, en donde dio largas y hondas respiraciones para calmarse, queriendo deshacerse de ese doloroso apretón en su pecho.

𝗨𝗻 𝗔𝗺𝗼𝗿 ѵօlմოíղօsօ ᰔᩚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora