Te adoro | Edwina y Antonio |

Late night talking

La mañana siguiente resultó relativamente hermosa, pensó con sarcasmo. Habían pasado seis horas en compañía de la modista, y su madre, junto con la de Anthony, no lograban decidir un modelo exacto. Primero discutieron el color, luego la longitud, después si era demasiado escotado. En definitiva, todo esto le estaba causando un dolor de cabeza más grande que cualquier otro. Por suerte, Kate se encontraba conversando animadamente con Sir Dorset y no estaba involucrada en la decisión del vestido. Edwina estaba sentada, observando sin prestar mucha atención a la conversación, cuando de repente se quedó dormida sobre la mesa.

—Cariño...

—Mamá... ¿Ya eligieron?

—Querida, lo sentimos... Kate nos hizo recordar que eres tú la que va a casarse, así que tú puedes elegir.

Edwina se preguntó en qué momento Kate había vuelto.

—¿No se supone que estaba con Sir Dorset? —murmuró para sí misma.

—Cariño, eso fue hace media hora... te quedaste dormida y tu hermana vino a defenderte de las garras de Violet y mías —explicó su madre con una risa suave.

—Gracias, Kate, te debo una.

—Y dinos, querida, ¿cómo quieres que sea tu vestido?

—Algo sencillo, por favor. No quiero algo extravagante.

—Tengo el vestido perfecto para ti —susurró Marie, la modista.

—Gracias...

Continuaron con los preparativos para el vestido de bodas, y Edwina esperaba que esta parte del proceso fuera más sencilla y menos agotadora que la anterior.

......

Ella despertó en medio de la noche, como ya era costumbre. Salió de casa, como en las noches anteriores, pero esta vez tenía un destino. Se dirigía a la casa de Anthony. Esperaba que él estuviera despierto, pues tenía toda una noche planeada. Juntos irían a visitar a Sienna, el antiguo amor de Anthony. Benedict le había comentado que nunca se habían despedido apropiadamente. Edwina deseaba darles un adiós y, al mismo tiempo, la oportunidad de un nuevo comienzo. Sabía que esto podría dolerles a ambos, pero también sabía que era lo mejor para él. Lo que más deseaba para Anthony era su felicidad.

Caminar por las calles de la ton en medio de la noche no le causaba temor. Había hecho ese recorrido en silencio muchas veces antes, y siempre encontraba paz en ello. Al llegar a la casa de los Bridgerton, se aproximó a la ventana del despacho de Anthony y lanzó una pequeña piedra, deseando ser escuchada. Tras dos intentos, Anthony apareció por la ventana, frunciendo el ceño.

—¡Edwina! ¿Qué haces aquí sola? Pudieron haberte lastimado. Deberías haberme avisado; podría haberte recogido—

—Calmate, la noche es corta y el lugar al que iremos cierra en menos de dos horas—

—¿A dónde vamos?—

—Es una sorpresa, no te lo diré. ¿Tienes tu caballo?—

—¿Montas?—

—Por supuesto que sí, pero esta vez no lo haré. ¿Puedes despertar a Charles?—

—De hecho, ya está despierto. A esta hora suelo salir a cabalgar, y él siempre me acompaña—

—Perfecto, entonces es el momento adecuado—

Se adentraron en la noche, con Anthony preparado para lo que Edwina le tenía reservado.

............

Al llegar al lugar donde Sienna trabajaba, Anthony miró a Edwina como si estuviera en medio de un sueño.