Diecinueve🍎

319 41 4
                                    

Seungmin ve como duermen sus pequeños sobrinos, tan pacíficos e ignorantes al caos que pasa tras esas cuatro paredes. Desde donde está, el joven alfa aún puede escuchar los gritos y gruñidos que suelta Changbin, hace una hora que empezó y parece que no se calmará en un largo rato.

Intenta entender lo que siente su hermano y es que él reaccionó de la misma forma al enterarse que el alfa golpeó a Jisung ha quedado libre. Logró calmarse únicamente gracias al pequeño Jeongin que ahora duerme en la mecedora que tienen en la habitación de los gemelos.

Lo poco que ha podido escuchar antes de que su madre lo mandara a cuidar a ambos pequeños fue que según la fiscal encargada del caso de Jisung dejó libre a Bangchan porque no hubieron daños mayores... ¡Es que acaso esa fiscal está loca! Si Jisung tiene una fractura en el rostro, ¿acaso eso no es suficiente como para encerrar a ese engendro de por vida?

- ¿Seung? - la pequeña voz de Jeongin hace que el gruñido que amenaza con escaparse de sus labios se detenga a mitad de camino.

Gira sobre sus pies y se encuentra con el pequeño frotando sus ojitos, su corazón late en mil direcciones cuando ve como eleva sus manitos en busca del calor que desprende el alfa.

Sin pensarlo mucho se acerca al niño y lo alza en sus brazos. Como ya es costumbre Jeongin esconde su nariz en el hueco de su cuello y olfatea con el olor a café que desprende su cuerpo.

Sabe con exactitud porque Jeongin hace eso y aunque al principio intentaba engañarse a sí mismo su lobo terminó por convencerlo.

Jeongin es su pareja destinada.

Su lobo lo supo desde el primer momento en que el niño se agarró de su cuello para no soltarlo nunca más. Su madre le ha dicho que es algo que se reconocieran desde antes de que Jeongin se presentara como omega, lo único que atinó a decirle fue que lo más probable fuera que el lazo que compartieron en sus vidas pasadas era demasiad poderoso a tal punto de que ambos se volvieron inseparables.

Le daba igual la razón, le gustaba como se sentía su corazón cada vez que tenía a Jeongin en sus brazos y le encantaba la personalidad demandante del niño. Daba igual lo que dijeran o si el físico del cachorro cambiaba drásticamente, sabía con exactitud que amaría con locura a su pareja predeterminada.

Está tan entumecido con el ligero olor que desprende Jeongin, que hasta ese momento no se daba cuenta de que las puertas de la habitación se abren violentamente. Su lobo se pone alerta cuando siente el miedo de Jisung, el omega está pálido y tiembla violentamente mientras intenta torpemente marcar un número en su celular.

- Jisung hyung, ¿qué pasa? - con un temor creciente en su pecho se acerca y coloca dulcemente su sobre la del omega.

Ese leve toque hace que el pálido se calme, solo por un par de segundos, de pronto comienza a llorar desesperado abrazándose a sí mismo.

- ¿Qué pasa hyung? - vuelve a preguntar.

- E-es que... - un golpe seco interrumpe las palabras de Jisung y el omega se echa a llorar con más desesperación. Luego un golpe más y algo quebrándose.

- Jeongin, cariño. - se dirige al niño que escucha atentamente al alfa. - Quédate con el tío Jisung, si bebé tienes que ser un buen niño y cuidarlo. - susurra dulcemente, el cachorro asiente decidido, luego de ser dejado cuidadosamente en el suelo se dirige corriendo a coger la mano de su tío y lo jala a la mecedora.

El omega está en una especie de trance por lo que no pone resistencia y ni siquiera se inmuta cuando el alfa sale de la habitación.

Sus sentidos se ponen alertas al percibir el asqueroso olor de aquel alfa, ahora entiende porque Jisung estaba tan alterado. Sus pies se mueven instintivamente mientras que su lobo le grita que proteja a su familia.

Un alfa sustituto ~BinSung~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora