𝑨 𝑻𝒓𝒂𝒗𝒆𝒛 𝒅𝒆𝒍 𝑬𝒔𝒑𝒆𝒋𝒐 |2𝒅𝒂 𝑻𝒆𝒎𝒑.|

𝘝𝘐𝘐𝘐. 𝘍𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢𝘳

---U👩🏻🦅

Narradora.

Las horas pasaban, Jean y Alexa platicaban de lo más tranquilas en la habitación de la última, como si la pelirroja fuera del mismo universo y no tuviera una familia que la esté buscando... bueno, solo su madrina.

— Te lo juro, cuando Scorp y yo presentamos a dos Weasley's como nuestras parejas, casi le ocasionamos un infarto a mi padre. — Dijo entre risas.

— Sabes, por un momento pensé que Scorp y Albus iban a tener una relación, así es conmigo. — La pelinegra la miró con asombro.

— Oh créeme, si Scorpius salía con Albus mi padre hubiera muerto, nos llevamos bien con los Potter, son nuestra familia pero aún así el no lo hubiera tomado muy bien, al inicio. — Ambas chicas rieron un poco escandaloso.

Por un momento el silencio reino la habitación, la pelinegra jugaba con sus deditos delgados mientras la pelirroja hacía pequeños rulos en su cabellera esponjada.
Esta última pensaba en cómo estarían las cosas en su mundo, en si alguien la extrañaría o si estaban preocupados por ella, aún que sea que noten su ausencia.

— ¿Sabes como regresarás?— la solicitada levantó su vista, dio una sonrisa leve mientras negaba.

— Ni siquiera se como terminé aquí, mucho menos se la salida. — río de una forma la cual se notaba a su preocupación. — ¿Alguna sugerencia?

Ambas adolescentes se quedaron pensando, Ale no sabía a quien podía acudir, dudaba que Fred la pudiera ayudar en esto, sus padres probablemente leerían sus cartas y textos hasta que fuera fin de semana, Pyxis por otro lado era una buena opción, aún que no sabía si pudiera tener la respuesta a todo esto.

— La única que me puede responder en este momento es mi madrina Pyxis. — Muy dentro de Jean soñaba con conocer a la gran Pyxis Black-Potter, su ejemplo a seguir. — ¿Aceptas?

— Si claro, aún que ¿si sabrá que hacer? — la pelinegra tomó su teléfono y tecleó algunos números en el.

— Tal vez si, tal vez no. — acercó su celular a su oreja escuchando el timbre de espera que a los pocos segundos se hizo presente una voz. — ¡Madrina! Me alegro de escuchar tu voz en estos momentos, tengo un pequeño problema y necesito de tu ayuda...

[•••]

Pasaron al rededor de media hora cuando las llamas de la chimenea de la sala común de Ravenclaw fueron encendidas y al instante se mostró la silueta de una mujer salir de ella.

— Dime por favor que no es un tema de hombres tú urgencia. — dijo la señora Potter en cuanto salió de la chimenea. — Hola cielo, ¿que haces aquí?— Miro a la chica de realidad distinta.