BEBESITA

7 1 0
                                    

Era psicóloga, soltera, muy joven, apenas había terminado sus estudios universitarios. Vivía en un apartamento alquilado y compartía gastos con una de sus excompañeras, gastos que en ocasiones se le hacían difíciles de cubrir con lo poco que ganaba en un liceo de la ciudad.
Cómo toda ciudad capital, tener un empleo requiere madrugar, las grandes colas que se hacen en la avenidas retrasan la movilidad y Angélica tenía la costumbre de dormir largas horas y despertar muy tarde, cosa que se le hacía imposible disfrutar si quería tener un sueldo con el cual encontrar algo de tranquilidad. Su amiga era quien la despertaba cada mañana luego de moverla incansablemente hasta hacerla entrar en razón.
Ambas tenían una belleza increíble y amaban ir al gimnasio para mantener sus figuras. Su rutina diaria, incluyendo las dietas, hacía que los gastos aumentaran para desgracia de ellas, que soñaban con la tranquilidad que otras tenían o por lo menos así lo aparentaban seguramente. Carros, motocicletas y hasta choferes y otros lujos que pasaban por sus cabezas como un sueño casi imposibles a corto plazo y allí es donde en ocasiones se cometen errores con tal de estar en esas posiciones sin mucho esfuerzo.
Angelica era una chica de un carácter fuerte, pero tenía un carisma que llamaba la atención de muchos aparte de su notoria belleza.
Había tenido solo dos novios, ambos de su edad y con las mismas necesidades, que en lo atractivo habían llamado su atención pero que lamentablemente no suponían una buena compañía a largo plazo, pues era lógico que necesitaba alguien que le ofreciera estabilidad y mucha mas tranquilidad, un hombre seguro de si mismo y capaz de dar sosiego en cualquier desventura, mejor dicho alguien que estuviera atento a sus necesidades y con el cual vivir las maduras siempre, ya que no consentía vivir más las duras como solemos decir en Colombia, vivir en la gloria. Es muy cierto que la vida de pareja se hace más difícil cuando el dinero juega un papel determinante en lo que refiere a tranquilidad. La vida en la capital es bastante costosa y mucho más si quieres vivir en zonas lujosas donde encuentras mejor vida y seguridad, de esta manera había preferido no tener novio o si fuera el caso lo tendría si le ofrecía lo que ella creía, se merecía toda mujer, lujos.
Un día estando en la zona rosa de la capital, en una reunión de un amigo de negocios, por pura casualidad, al regresar a mi apartamento ví dos chicas que intentaban cruzar la via y la increíble cantidad de vehículos no se los permitía. A dos cuadras de allí había un retorno, entonces por caballerosidad detuve mi carro y les abrí la puerta desestimando que se subieran seguramente por desconfianza, pero creo que era más peligroso a esa hora transitar por allí que subirse a mi coche. Solo les dije que haría un giro a unas cuadras y las llevaría al otro lado de la via, fue una sorpresa verles subir sin ningún tipo de desconfianza. El saludo fue muy cordial, y la presentación aunque breve dejó como resultado el inicio de lo que sería mi primer aventura con una chicha menor 22 años y con una belleza envidiable y una habilidad increíble para conquistar los más ocultos deseos nuestros.

YO TAMBIÉN FUI SUGAR DADDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora