Capítulo 3
_Nos vemos mañana Amy _ me dice Luna cerrando mi puerta.
_Hasta mañana... ¡Oye!_ exclamo tan rápido como para que no pueda cerrar la puerta.
_¿Qué?_ me pregunta.
_ No pienses en él . ¿Ok?
_ Entiendo. Adiós.
Se marcha.
Ya casi so a las ocho de la noche y no he terminado de hacer las tareas de matemáticas. De nuevo me siento en mi escritorio y hago las tareas, escucho un ruido como que algo se cae en el suelo de mi habitación, me inclino para ver pero no hay nada. Mi habitación está limpia como los chorros del agua gracias a Luna. Volteo la cabeza prosigo con las tareas, pasan segundos y vuelvo a escuchar el mismo ruido. Parece una piedra. Volteo la cabeza hacia atrás y miro al piso, hay dos piedras pequeñas. Pienso por un rato y se me entra por la mente el rostro del chico rico. Daniel.
Recojo ambas piedras y con rabia ne dirijo a mi ventana. No veo a nadie ni en su patio ni en el mío, así que me quedo confusa y frunzo.
_¿ Hay alguien ahí?_ pregunto asomando afuera de la ventana.
Nadie responde y dejo caer las piedras. De nuevo me quedo hacer las tareas. No escucho ningún ruido. Miro el reloj de mi móvil y son las ocho y cuarto.¡ Todavía no he preparado la comida y mi madre necesita comer!¡ distraída!. Me golpeo la frente.
¡Auch!
Todavía me duele. Jadeo y me levanto, me dirijo al piso de abajo. Estando en las escaleras escucho cocinar a alguien. El olor llega hasta arriba y me pregunto quién será. Alguien está tarareando no sé qué cosa. Cuando llego a la cocina me doy cuenta de que es mi madre haciendo la cena. Me acerco a ella y parece más viva que núnca.
_ ¿Mamá?
Se voltea para mirarme. Su cabello está recogido y sujeta un cucharón.
_Ay. Hola cielo. ¿ Ya acabaste con las tareas?_ pregunta con su hermosa voz.
_ Sí. ¿ Ya te sientes mejor?_ pregunto apoyando mi mano sobre la mesa de cocina.
_ Sí. Mucho mejor. El doctor me dijo que mañana podré empezar a trabajar de nuevo. ¡No es genial!_ exclama con alegría _ por fin no tendré que volver a tomar la sopa de cebolla.
_ Eres fuerte _ digo subiendo las cejas.
_ Mucho más fuerte que tú _ dice.
Quince minutos después ella pone la mesa, dos platos, tenedores y vasos de agua para nosotras dos. Me pongo cómoda, pero primero debemos bendecir la mesa. Pongo mi iPhone6 sobre la mesa y mientras mi madre está bendiciendo la mesa este me notifica un mensaje . Abro un ojo para ver si mi madre ha mirado mi móvil pero veo que no, así que mientras ella reza aprovecho en leer el mensaje.
~Diego.
Ya volví a la ciudad.
¿Cómo estás amor?
Mis ojos se abren y se iluminan de la alegría. Antes de que pueda teclaer mi mensaje mi madre me llama la atención.
_Eres una tramposa ¿sabías?_ me pregunta bebiendo su vaso de agua.
Me asusto.
_ Yo-yo estaba... _ no sé qué excusa poner _ ... te ves muy linda esta noche mamá .
_ No cuela _ me dice.
Jadeo y pongo el móvil en silencio. Me pongo a comer.