권-ᴇ¹

｡☬ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 8 ☬｡

｡☬｡☬｡
TᴀᴇHʏᴜɴɢ
°°°

La luz del sol golpeó mi rostro. Traté de estirarme, pero un brazo estaba sobre mi cintura y un pecho firme presionado contra mi espalda. Me tomó un momento recordar dónde estaba y lo que había pasado ayer, luego me puse rígido. 

—Bien, ya estás despierto... —dijo SeokJin con una voz que sonaba ronca por el sueño.

La realización me golpeó. SeokJin. Mi marido. Yo ya era una persona casada, pero él había cumplido su promesa. No había consumado el matrimonio. No lo había hecho. Abrí mis ojos. La mano de SeokJin agarraba mi cadera y sin mucha fuerza me giró sobre mi espalda. Él estaba apoyado sobre un codo mientras sus ojos inspeccionaban mi rostro. Me hubiera gustado saber lo que estaba pensando. Porque es que era extraño estar en la cama con un hombre como él.

Extendió su mano y tomó un mechón de mi cabello entre dos dedos. Yo contuve la respiración, pero lo liberó después de un momento.

Su cara se tornó calculadora.

—Bien. No pasará mucho tiempo hasta que mi madrastra y mis tías llamen a nuestra puerta para recoger las sábanas y las lleven al comedor, donde sin duda, todos los demás ya están esperando a que empiece el jodido espectáculo.

Mis ojos se encontraron con el pequeño corte en el brazo de SeokJin. No había sido profundo y ya tenía costra.

—Mi sangre les dará lo que quieren. Será la base de nuestra historia, pero esperarán que completemos los detalles. Sé que soy un mentiroso convincente. Pero, ¿serás capaz de mentirles a todos a la cara, incluso a tu madre, cuando les cuentes de nuestra noche de bodas? Nadie puede saber lo que sucedió. Me haría parecer débil. ¿Entiendes? —Sus labios se apretaron con arrepentimiento. Arrepentimiento de haberme liberado y haberse metido en la posición de depender de mis habilidades para mentir.

—¿Débil porque no quisiste violar a tu esposo? —susurré.

Los dedos de SeokJin en mi cadera se apretaron. Ni siquiera me había dado cuenta que todavía estaban allí. "Haz que quiera ser bueno contigo", las palabras de BaRon revolotearon por mi mente. SeokJin era un monstruo, no había duda de ello. Y no podía ser de otro modo si quería sobrevivir como un líder en nuestro mundo, pero tal vez podía hacerlo. Tal vez yo podría mantener al monstruo encadenado cuando estaba conmigo. Ya era más de lo que había esperado cuando anoche me había llevado hacia el dormitorio.

SeokJin sonrió con frialdad.

—Débil por no tomar lo que era mío para tomar. La tradición de las sábanas ensangrentadas en la Famiglia es tanto una prueba de la pureza del prometido como de la implacabilidad del marido. Entonces, ¿qué crees que dirá sobre mí el que te tuve prácticamente medio desnudo en mi cama, vulnerable y mío, y aun estás aquí intacto como lo estabas antes de nuestra boda?

—Nadie lo sabrá. No le diré a nadie. Lo juro.

—¿Por qué debería confiar en ti? No hago un hábito de confiar en la gente, especialmente la gente que me odia.

Descansé mi mano contra el corte en su brazo, sintiendo sus músculos flexionarse bajo mi tacto. "Haz que sea bueno contigo, haz que te ame".

—No te odio. —Él entrecerró los ojos, pero era mayormente verdad. Lo habría odiado si me hubiera forzado. Ciertamente odiaba lo que el matrimonio con él significaba para mí, pero no lo conocía lo suficientemente bien como para odiarlo de verdad. ¿Tal vez vendría con el tiempo?—. Y puedes confiar en mí porque soy tu esposo. No elegí este matrimonio, pero al menos puedo elegir hacer lo mejor con nuestro vínculo. No tengo nada que ganar al traicionar tu confianza, pero tengo mucho que ganar al mostrarte que soy leal.