。☬ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 17 ☬。

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TᴀᴇHʏᴜɴɢ
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SeokJin cubrió mi mano alrededor de su miembro con la suya, demostrándome qué tan fuerte apretarlo. Después movió nuestras manos de arriba hacia abajo por su asta. Yo miré fascinado. Nos movimos más rápido y más duro de lo que me hubiera atrevido. Los dedos de SeokJin alrededor, me frotaban más rápido también, hasta que escasamente podía respirar. Estaba tan cerca de dejarme ir sobre el borde...

—SeokJin —jadeé y él presionó su pulgar suavemente en mi punta sensible, haciéndome caer en espiral, fuera de control. Pronto su mano estuvo acariciando el borde de mi circunferencia a una velocidad que hizo a mi cuerpo contraerse en espasmos mientras me corría.

Mi mano también bombeó su polla aún más rápido y con un gruñido gutural su liberación se extendió sobre él. Apoyé la cabeza en su hombro, pero temblé a medida que lo miraba venirse sobre nuestras manos y su estómago. Su cuerpo estaba sudoroso al igual que el mío. Y su erección que estaba palpitando en mi palma, se relajó lentamente. SeokJin sacó la mano de mis bóxer y la posó sobre mis nalgas. Yo cerré los ojos, escuchando el estruendo de su corazón. SeokJin besó mi coronilla, sorprendiéndome con ese gesto amoroso. Y mi corazón rebozó con una nueva esperanza.

Gradualmente nuestra respiración se estabilizó. SeokJin alcanzó la caja de pañuelos desechables de la mesa de noche y me dió un pañuelo, antes de limpiarse él mismo. Me sentí un poco cohibido a medida que limpiaba su esperma de mi mano. No podía creer que lo había tocado de esa manera. Y al diablo, seguía sintiendo sensible mi polla de sólo pensarlo. Quería sentir sus dedos otra vez. ¿Estaba mal haber disfrutado tanto del toque de SeokJin? Era mi esposo, pero aun así. Mi madre siempre había considerado el sexo como algo que solo los hombres mafiosos deseaban. Nosotros simplemente cumplíamos con nuestro deber de complacerles.

SeokJin acarició mi brazo y decidí no pensar mucho en ello. Simplemente haría lo que sintiera correcto. Dejé escapar un pequeño suspiro, pero después mis ojos se enfocaron en la herida bajo sus costillas. Estaba sangrando.

Me senté erguido rápidamente.

—SeokJin, estás sangrando. —Me había olvidado de eso—. ¿Te duele?

ÉL Se veía sumamente relajado, pero echó una mirada a su herida sin mucha importancia.

—No mucho. No es nada. Estoy acostumbrado.

Toqué la piel bajo su herida.

—Pero necesita puntadas. ¿Y si se infecta?

—Tal vez tengas suerte y te vuelvas un viudo joven.

Lo miré con furia.

—Eso no es gracioso. —No después de lo que acabábamos de hacer. Me sentía más cerca de él que nunca, y mi padre solo me conseguiría otro esposo de cualquier manera si quedaba viudo.

—Si te molesta tanto, ¿por qué no tomas el estuche de primeros auxilios del baño y me lo traes?

Salté fuera de la cama y me apresuré hacia el baño.

—¿En dónde está?

—En el cajón, bajo el lavamanos.

No había solamente un estuche de primeros auxilios. Había cerca de doce estuches. Tomé uno y regresé a la habitación pero antes de unirme a SeokJin en la cama, levanté mi camisa del suelo y me la puse. SeokJin se sentó apoyándose en la cabecera, seguía estando gloriosamente desnudo. Me concentré en su torso, un poco avergonzado por su flagrante desnudez. Él acarició mi mejilla cuando me acomodé a su lado.

권-ᴇ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora