No podía seguir durmiendo, era la primera vez que me iba de viaje sin mi familia. Miré a mis compañeras de habitación que todavía dormían plácidamente. Pensé en dar a un paseo hasta que fuese la hora del desayuno para despejarme. Me puse en pie y salí de la estancia para sentarme en una banca en la entrada de la cabaña.
Se sentía realmente bien la frescura del bosque al comienzo del día. Habíamos hecho un trayecto de casi 8 horas en tren y autobús, y yo me encontraba realmente exhausta, pero la emoción del viaje me mantenía activa. Nos encontrábamos en un camping en Cazorla, Jaén. Salimos desde Málaga por la mañana y llegamos aquí sobre las 17:00. Nos dio tiempo a merendar, a deshacer las pesadas maletas y a colocar nuestras pertenencias en la cabaña de madera. Luego cenamos en un amplio comedor, allí los responsables del lugar nos explicaron las normas de convivencia básicas y fuimos a dormir.
<<Este ambiente es maravilloso>> pensé complacida cerrando los ojos.
- Eda. ¿Qué haces despierta?
- No podía seguir durmiendo... -contesté sin darme la vuelta.
- Chica, es muy pronto para estar aquí -me reprochó mientras se sentaba a mi lado.
La persona que me había hablado se llamaba Naiara, mi mejor amiga. Ella era mi compañera de litera. Naiara era una chica regordeta, de ojos castaños y rizos rubios. A ella no le importaba lo que los demás pensaban sobre ella, y yo admiraba su fortaleza. Siempre me decía: "Te van a criticar hagas lo hagas, así que ya puestos, hagamos lo que queramos".
- Bueno... Entonces, ¿sabes qué hora es? -pregunté mientras seguía con el dedo el patrón de la mesa de madera.
- Las 7:30. ¿Ves? Es demasiado pronto.
Y allí nos quedamos hablando. Otra razón por la que no podía seguir durmiendo era porque yo estaba acostumbrada a madrugar, no como Naiara, que se despertaba a la hora de almorzar. Los monitores nos avisaron que dentro de poco el desayuno estaría listo, así que mi amiga y yo nos fuimos a cambiar junto a nuestras compañeras.
- Eda, me encanta tu camiseta -escuché decir a una niña llamada Ana.
- Gracias Ana -respondí halagada observando el lema de esta.
"I'm happy, but most of all fabulous"
-¡No digas tonterías! -replicó Naiara-. ¡Mi camiseta es mejor aún! -rotó sobre sí misma mostrando a propósito una camiseta rosa chillón con un agujero en el cuello.
Las niñas de la cabaña reímos por la ocurrencia de nuestra amiga y nos fuimos todas juntas a desayunar.
***
La mañana estuvo muy bien en verdad, hicimos varias actividades como senderismo y vimos gamos pastando cerca del comedor, pero ahora, llegaba la actividad que más deseaba...
- ¡Eda! ¡Devuélvemelo! -me gritó una amiga llamada Noelia.
- ¡Nunca! -respondí tratando de reprimir la risa.- ¡A mí me queda mucho mejor!
- Venga, tenemos que irnos -nos interrumpió Beatriz.- Seremos las últimas y nos regañaran.
Beatriz era una niña menudita de poca estatura, rubia, de cara redonda y de ojos celestes, buena estudiante, pero le tenía pavor a saltarse las reglas y las consecuencias que éstas acarreaban.
- Oh... ¡seremos las primeras en llegar! -dijo Naiara llena de determinación.
Agarró una cuantas toallas y salió primera de la cabaña, seguida por todas nosotras. Efectivamente, llegamos las últimas y nos regañaron por ello. Beatriz se enfadó con nosotras, pero yo no le di importancia a su enojo.
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Idhunitas
Fantasy¿Quién lo diría? Magos, dragones, unicornios, serpientes aladas conocidas como sheks, caballeros, un lenguaje desconocido para los terrícolas y un mundo con tres soles y tres lunas llamado Idhún... Todo esto es pura fantasía, ¿cierto?... Pues no. Es...