14-Felicidad

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Narra Fiorella

Observo como duerme acurrucado en mi cuerpo, lo muevo para que se despierte pero nada.

Sonrío mirando el bello mar que nos mueve un poco por las olas, lo de anoche fue tan ardiente y placentero que casi no dormimos.
Paso mis manos suavemente por su torso marcado, le hago cosquillas hasta que por fin abre los ojos.

-Mala.- me besa.

-Un poquito.- muerdo su labio.

-Qué te pasó ahí.- acaricia la herida de bala.

-Un rasguño, mejor hagamos algo más interesante.

-Cómo que?.- lleva su mano a mi entrepierna.

Mueve sus dedos por sobre mi clítoris, coloco mi mano en su miembro excitandolo.

-Me calientas.- susurro gimiendo.

Se sube arriba de mi besando mi cuello, siento cosquillas al sentir su erección en mi entrada.

Nos dejamos llevar por las caricias y gemidos de ambos, hace que me olvide de todos los problemas que tengo.

**

Llego a mi habitación algo cansada, me doy baño de espuma, cierro mis ojos pensando en ese pedazo de hombre. Jamás pensé que Italia me iba a gustar tanto, creo que tengo miedo de cumplir los 18 y tener que irme de acá.

Me seco el cuerpo y me pongo la bata, escucho que alguien toca mi puerta.
Es el pequeño Lorenzo con su pelota, le digo que me espere en el jardín para poder vestirme, me pongo mi polera del AC Milán que tengo.

Está esperando en el arco, le pego despacio a la pelota y la ataja.

-Has perdido.- me cambia de lugar.- Y tú polera no me gusta, yo soy del Inter de Milán.

-Así que eres mi rival.- lo tomo en brazos y le hago cosquillas.- Te ganaré.

Ambos caemos al pasto riéndonos, me abraza y juega con mi collar.

-Es lindo.

-Me lo dio mi mamá.

-Y dónde está ella?.

-Ella está allá arriba.- le indico el cielo.

-Es un ángel así como mi abuelita.- habla algo triste con su voz de pequeño.

Escuchamos la voz de Antonia, me dispongo a huir pero él me toma del brazo impidiendo que me vaya.

-Hijo pensé que.- detiene sus palabras al verme.

-No te enojes con Lorenzo, sólo jugamos a la pelota, ya me voy.

-Quiero seguir jugando con mi hermana.- se aferra a mi.

Me emociono al escuchar sus palabras, no puedo creer que este pequeño me haya dicho hermana.

-Tranquilo pequeño, mañana podemos seguir jugando.- beso su frente.

-Lo prometes?.

-Lo prometo.- sonrío feliz.

Se va para dentro de la mansión, ella se sienta en una de las bancas.

-Debemos conversar.- me indica que me siente a su lado.

Lo hago algo asustada, esta mujer intimida mucho.

-No te enojes con Lorenzo.

-Me pone feliz de que se lleven bien.

Quedo estática, no me lo puedo creer.

-Repite eso.- pestañeo rápido.

-A mi hijo le hace bien que tenga una hermana a su lado, Bianca cumple su rol pero es muy fría y egocéntrica, desde que llegaste él está feliz al igual que Gabriele, no te niego que en un principio odié la idea de que la hija bastarda de mi esposo estuviera acá, pero ahora me estoy acostumbrando, mis hijos están bien contigo.

-Y por qué nunca me hablaste antes?.

-Es difícil ver el engaño reflejado en una persona, eres muy parecida a tu madre, eres igual de bella que ella.

-La conociste?.

-Esa es historia para otro día, nos vemos Fiorella.- se va caminando con glamour.

Quedo alucinando con lo que acaba de pasar, este día va mejor de lo esperado.

Necesito un poco de alcohol y acción, estos días de reposo fueron muy tranquilos.

Llamo a Beatrice para que me recoja, me siento en la vereda de la calle esperándola, se gana un guardia armado a mi lado cuidándome.
Me subo a la moto, nos vamos a reunir con Alba y los chicos, me costó un mundo poder convencer a mi amiga para que me acompañara, ella no quiere ser parte de esto y voy a respetar su decisión luego de esta reunión, se supone que hoy me llega mi auto así que podré conducir.

Alba nos da a conocer los puntos débiles del casino de Marchisio, esta noche pretendemos lograr atacar, necesitamos dinero y nada mejor que sacar de este.

Observo una maquina, Bea me indica de que es para personalizar las armas, hago las iniciales, "LL" y coloco una serpiente en esta.

-LL?.- me mira Bea sin entender.

-La Latina y las serpientes me encantan.

-Te deseo suerte, yo me voy.- me abraza por la espalda.- No te quiero ver muerta.

-Tranquila guapa, luego del asalto te iré a visitar y celebramos.- beso su frente.

Todos nos equipamos con nuestras armas y accesorios.

Nos preparamos para el asalto al casino de Marchisio. Entramos al lugar con sigilo evitando llamar la atención. Nuestro objetivo es llegar a la caja fuerte y asegurarnos de llevarnos el botín.

La música estruendosa y las luces brillantes crean un ambiente frenético dentro del casino. Nos movemos entre las mesas de juego y los apostadores disimulando nuestras intenciones mientras buscamos la oportunidad perfecta.

Por fin encontramos una puerta trasera que conduce a un pasillo oscuro, a medida que avanzamos, escuchamos voces y pasos que se acercan.

Deténganse ahí.- grita un guardia armado.

Sin pensarlo dos veces, sacamos nuestras armas y entablamos un tiroteo. Las balas atraviesan el aire, iluminando el pasillo con destellos mortales. Nos movemos con agilidad, aprovechando los objetos cercanos como cobertura.

El sonido de los disparos y los gritos se mezclan en un caos ensordecedor. Aunque estamos superados en número, no nos dejamos intimidar. Disparamos con precisión derribando a los guardias uno por uno. El olor a pólvora impregna el aire mientras avanzamos hacia la caja fuerte.

Uno de los chicos usa una herramienta especializada logrando abrir la caja fuerte, nos encontramos con una gran cantidad de dinero y objetos de valor, esto si que es bueno. La emoción y la adrenalina fluyen por nuestras venas mientras nos preparamos para salir del casino.

Un grupo de guardias de seguridad nos rodea bloqueando nuestra salida.
Los disparos retumban en el pasillo, mientras la tensión aumenta con cada segundo que pasa, mi corazón va a mil por hora, Alba hace que la sigamos.
Finalmente, logramos abrirnos camino atravesando la pared que es derribada por una pequeña bomba que activamos antes de entrar.

Nos dispersamos rápidamente, desapareciendo en la noche, cada uno se va a un lugar diferente.

Mientras me alejo en el auto, siento una mezcla de euforia y alivio. Hemos logrado nuestro objetivo pero se que nos van a devolver el golpe.

Entro a la habitación de Beatrice, está sentada en la cama tomando un café, se sobresalta al ver que lanzo sobre la cama dos bolsas llenas de dinero y joyas.

Se desaparece y llega con dos copas y botella de vino.

-Hay que celebrar.- me echa vino.

Ahora si que estamos forradas.

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Cada vez más mala esta chica!!

MALA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora