4-Una Noche Divertida

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Me pongo ropa cómoda y bonita para salir esta noche, aplico un poco de maquillaje y unos pendientes brillantes.

Bajo las escaleras encontrándome a Bianca, me mira de pies a cabeza.

-Y tú para donde vas, por si no sabes en esta familia está prohibido salir después de las diez de la noche así que mejor vuelve a tu habitación.

-Recuerdas lo que me dijiste hace unos días.

-Pues no.- se cruza de brazos.

-Te lo recuerdo.- le doy una pequeña palmada en su frente.- De que yo jamás voy a pertenecer a esta familia así que esas reglas para mi no aplican, adiós HERMANITA.- recalco fuerte la palabra.

Solo escucho como refunfuña, es tan engreída, no la soporto, ojalá no le cuente a nadie de que salí.

Lanzo unas piedras a una de las fuentes con agua, de inmediato corren los guardias a ver que sucede, aprovecho y salgo corriendo de la mansión sin que me vean, no paro hasta que llego al auto de Beatrice.
Ella se ríe al verme en la condiciones que llego a su lado.

-Ciao ragazza.- me da un ligero abrazo sin parar de reír.

-Basta, no es divertido.- me subo al auto.

Ella acelera perdiendo de vista la mansión, le cuento todo lo que me sucedió con ese extraño chico, fue todo tan rápido pero aun así su mirada me cautivó.

-Cómo era ese chico?.- pregunta mientras conducimos por las calles de la ciudad.

-Era alto, blanco y tenía unos ojos verdes increíbles o no se si eran azules pero quedé flechada. Parecía un poco misterioso y distante, pero a la vez muy atractivo.

-Vaya, suena como sacado de una novela romántica.- se ríe.

-Ya, lo sé, suena un poco tonto.- admito triste.

Llegamos al lugar, ella me toma de la mano llevándome a la barra, me pido un whisky a las rocas y ella un ron cola, nos sentamos en la parte VIP, Gabriele me dio una tarjeta para que gaste todo el dinero que quiera así que debo aprovechar, ya que mi padre siempre me dio el dinero justo para vivir y muchas veces me tocó trabajar en mis horas libres después de clases.

Después de disfrutar de nuestras bebidas, Beatrice me toma del brazo y me lleva a la pista de baile. El ritmo de la música es bueno y ella comienza a moverse con soltura y gracia al compás de la melodía, me toma de la cintura y comenzamos a bailar juntas. Al principio me siento un poco torpe y tímida, pero ella me alienta, me guía en cada movimiento. Poco a poco me siento más cómoda, me muevo con más confianza.
La música está cada vez más animada y la pista de baile se llena de gente, disfrutamos del momento.

De pronto unos chicos se nos acercan, por lo visto Beatrice conoce a ambos. Aprovecho que ellos hablan y me voy al baño, me mojo un poco la cara ya que bailé bastante, salgo y choco con mi hombro a alguien y le derramo la bebida encima.

-Oh lo siento.- me disculpo avergonzada.- Mierda.- me doy cuenta de quien es la persona.

-Tú de nuevo.- se cruza de brazos dándome media sonrisa.- Eres tan torpe dolcezza.- habla con ese acento italiano que te deja loca.

-No me digas dulzura y lo siento de nuevo, déjame ayudarte has quedado todo mojado.

-Ven sigueme.- pasamos a través de la gente.

Caminamos una cuadra hasta llegar a la entrada de un hotel de lujo, nos metemos al ascensor y apreta el botón del último piso, empiezo a sentir algo de miedo.

Entramos a una suite increíble, por lo visto es de él.

-Vives acá?.- quedo sorprendida.

-Algunos días.- se quita la chaqueta y luego la polera.

MALA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora