23-En Tus Brazos

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Al parecer Dante si es un chico bueno, había estado cortando carne y se cortó una de sus manos, me mostró el corte que se hizo, hace solo unas semanas que le sanó.
Ya cumplí tres meses acá y parece que me enamoré de él, es un hombre maravilloso que me lleva al cielo, prácticamente ya casi me estoy mudando a su suite.

-Por fin te veo.- saludo a Beatrice.

Me la encuentro en el parque, está paseando su perro.

-Cómo estás?.- habla nerviosa.

-Han sido unas semanas raras, pero tú te me has estado escondiendo.- me siento en una de las bancas.- Qué pasa contigo, dijiste que te querías alejar de este mundo y parece que estás haciendo lo contrario.

Se sienta a mi lado sacandole la correa al perro para que juegue.

-Tú hermano le debe mercadería a uno de los peores narcotraficantes de Colombia.

-Qué?, de que mercadería me estás hablando.

-Son armas y kilos de droga, recuerdas cuando tú y la banda de Alba robaron esos camiones, ahora Gabriele los debe pagar o lo van a matar, ese día fui en busca de uno de los colombianos pero el viejo Marchisio se fijó en mí, no pude llegar a un acuerdo con ellos.

-Joder amiga, esto está mal, cómo fue que no me lo dijiste antes.

-No lo sabes verdad?.

-De que hablas.- me cruzo de brazos.

-Estás en busca y captura, los Marchisio y los Marchetti quieren tu cabeza, saben que fue la latina quien robó el cargamento y que ha sido quien ha estado adelante de todo lo malo que les pasa a ellos, están en una tregua para poder encontrarte.

-Ay dios, menos mal que siempre he cubierto mi rostro cuando atacamos, mi padre ni se imagina que bajo su techo está su enemiga.

-Necesito que pares un tiempo de hacer tus negocios turbios, de verdad que no te quiero ir a ver al cementerio.- me abraza.- Prométeme que me harás caso.

-Tienes razón, sólo me queda un mes junto a mi familia, necesito recuperar el tiempo perdido con el pequeño Lorenzo y Bianca, debo tener una vida normal.

-Es lo que tu madre hubiese querido.- me da un sonrisa alentadora.

-Entonces para celebrar mi nueva yo, es que esta noche hay pijamada en mi habitación, así aprovecho de ayudar a Chiara con Bianca, esas dos se odian y se aman o eso creo.- río poniendo mi cabeza en su hombro.

-Chiara es una chica increíble, quizás yo pueda ayudar.

Nos vamos a comer helado y luego nos despedimos hasta esta noche, le mando un mensaje a Dante para que me ayude a hacer las compras del mes.

Me manda su ubicación, llego hasta él y me aferra a su cuerpo, nos besamos apasionadamente mientras el mundo gira a nuestro alrededor, muerdo mi labio al separarnos.

-Sabes que eso me provoca verdad.- me da un beso en el cuello.

-Sígueme.- lo tomo de la mano.

Entramos al supermercado y lo llevo hasta el baño, cierro con seguro y lo empujo a la pared, desabrocho mi pantalón.

-Qué haces dolcezza.- sonríe pícaro.

-Tenemos solo dos minutos así que follame rápido.- me lanzo a él.

Saca su miembro que ya está duro, me toma como un koala y me lo introduce, comienzo a gemir suavemente en su cuello mientras mi espalda está afirmada en la pared.

Su velocidad aumenta y mis gemidos son muy fuertes, tapa mi boca con su mano y da todo su potencial, se mueve como un verdadero semental.

-Ya casi.- susurra agitado.

Siento el placer en mi cuerpo y él da un suspiro al acabar, nos ponemos a reír mientras nos acomodamos la ropa.

-Eres increíble.- le arreglo el pelo.

Me acaricia las mejillas haciendo que lo mire a los ojos.

-Fiorella.- habla algo nervioso.

-Qué pasa guapo.- le doy cortos besos.

-Estoy enamorado de ti, no hago más que pensar en ti, en tener un futuro contigo, si hasta pienso en formar una familia a tu lado, estoy perdido en ti, dime loco o desquiciado pero te amo Fiorella.

Abro mis ojos asombrada, quedo algo paralizada, me mira preocupado.
Entrecierro mis ojos feliz y emocionada.

-Yo también te amo Dante, no sé en que momento fue que caí rendida ante ti, quizás soy muy joven aún pero quiero que lo sigamos intentando, te amo mi italiano dios del sexo.- río y lo abrazo.

-Estoy en tu brazos dolcezza.

-Y yo en los tuyos y en tu cama.

-Eres una diablita.- besa mi frente.- Creo que deberíamos salir de acá o nos van a descubrir aunque con los gemidos que diste.

-Shh no te rías.- lamo su mejilla.

Por suerte a la salida del baño no hay nadie, él toma un carrito y yo comienzo a echarle mercadería.

Se ríe al ver que echo bastante vino, quedo pegada viendo su sonrisa, aun no creo que el hombre que tengo a mi lado sea mío, es tan hermoso en todos los sentidos posibles, a mi madre le hubiese encantado como yerno.

Echamos las cosas al auto, nos despedimos con un fogoso beso y con un te amo, él sabe que aún no puedo irme de casa por ser menor de edad, además le conté lo que haremos con las chicas, así que mañana voy a su suite a dormir con él como de costumbre.

Aprovecho y llevo un poco de alcohol y aperitivos para la noche.

Llego a casa y me doy una ducha rápida, ya es algo tarde así que me pongo mi pijama.

Chiara entra en la habitación con los vasos que le pedí, le paso uno de mis pijamas, enseguida llega Beatrice con más alcohol, esto me encanta, ponemos música fuerte y nos ponemos a bailar y beber las tres.

Tal como lo quería, aparece Bianca a pedir que apaguemos la música. Está demasiado enojada, mi querida hermana esto sólo está empezando, voy a saber quién eres realmente, te sacaré esa careta que tienes de fuerte.

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Nuestra Fiorella está enamorada!

MALA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora